No hay registros oficiales de las muertes por hipotermia de personas en situación de calle, en medio de una inclemente ola de frío polar. Informamos los otros días que el gobierno nacional apelará ante la Corte Suprema la orden judicial para distribuir las 6 mil toneladas de alimentos retenidas en galpones del ministerio de Sandra Pettovello. Según datos del Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios (ReNaCoM), en el país funcionan 34.782 comedores; en cada uno comen (comían) hasta 300 familias por día.
En la Argentina, el Gobierno nacional cuenta con nueve programas con presupuesto asignado (2023) para políticas alimentarias. En enero, sólo se ejecutó la partida de uno de la Tarjeta Alimentar.
En una auditoría interna que lleva la firma de la propia Pettovello, consta que, además de de los alimentos, figuran otros elementos: colchones, ropa y también frazadas. En total, el stock inicial era de 81.861 mantas listas para repartir en invierno. Ahora, quedarían unas 65 mil.
En el galpón de Tucumán, el ministerio de “Capital Humano” –que de “humano” no tiene nada– recibió del gobierno anterior desde zapatillas, delantales, kit escolares y productos de limpieza hasta camas, colchones estufas, cocinas, calefones y tanques de agua. No hace falta señalar lo obvio: todos esos elementos fueron comprados para asistir la infraestructura de los propios comedores comunitarios y escolares.
Referentes de ONG que asisten como pueden a personas indigentes informaron que funcionarios del ministerio de Pettovello les dijeron que el Gobierno no tiene pensado armar nuevos centros de integración, pero sí construir "más duchas" en los centros urbanos. Ironía trágica: en sus galpones también retienen jabones de tocador…
“Ni comida ni abrigo. Los pobres no merecen nada”, pareciera ser la consigna oficial.
Escribe Clara Murga .