Escribe: Raúl Juárez -
Pienso muchas cosas que veo contradictorias. Un economista que no sabe nada de producción. Un presidente anti política pero que se hace político y aplica políticas económicas viejas, perimidas. Peronistas, que hablan del nuevo peronismo cimentado en un capitalismo productivo.
Mientras…el
presidente llama la atención diciendo y haciendo cosas verdaderamente
disruptivas o locas… nos mantiene embobados, dejando la conducción política
verdadera en manos no sé de quién o de qué poder, nada celestial.
Con
sus políticas de recaudación impositiva (la única que hace), el presidente
está destruyendo la industria nacional y la criollada industrial aplaude…
babeante. Pero ninguna de estas cargas impositiva impacta en la mejoría de la
vida de los argentinos.
Y
esto es así porque --para mí-- el objetivo principal es aplicar un gran shock
social que deje a la sociedad argentina, desmoralizada.
No se puede contratar mano de obra barata en Argentina dado
el cuerpo de leyes desarrollado en base a luchas y conquistas populares. Y por
otro lado, y principalmente, la argentina, es una sociedad consciente de sus
derechos.
Si
se logra el caos perfecto, con gente que para sobrevivir tenga que aceptar
cualquier condición leonina, autodestructiva, vejatoria, se habrá conseguido lo
que quieren. Si no, no puedo explicarme que haya industriales que estén viendo
a sus fábricas irse a pique y al mismo tiempo, celebrar… y hasta financiar esta
locura. No encuentro explicación...
No
encuentro explicación del porqué de la innecesaria tanda de idioteces y
desaciertos políticos… y sobre todo sociales: atacar a todo el mundo, perdiendo pedazos de credibilidad a raudales sin
entender cuál es el hilo conductor del
proyecto base…a menos que sea este: desorientar para deprimir, para después
dominar y finalmente para saquear.
Lo que está a la venta es, no solo nuestras riquezas, sino
nuestro pueblo. Y para ello, buscan que
dejemos de ser pueblo, para pasar a ser una sumatoria de individualidades a
merced de sus mercados. A gusto y paladar de la casta oligárquica y económica.
De la casta avasalladora.
Nos
hacen discutir sobre sus sandeces, una tras otra. La estratagema es hacer de
este, nuestro pueblo, una turba informe
de derrotados…sin capacidad alguna de reacción, pobres de mente, pobres de
espíritu. Nos hacen estar preocupados por nuestros recursos naturales, nuestros
recursos económicos y un largo etcétera de recursos que están siendo expoliados.
Es
que para el capitalismo el trabajo humano siempre fue y será el principal
“recurso”. Somos su mayor venta y estamos en “saldos y retazos”, sobrantes… de
la temporada pasada. No somos personas para el “arcaico nuevo capitalismo”.
Aprendamos
a darnos nuestro verdadero valor como pueblo Y no podemos esperar de los
neoliberales algo tan vital. No le concedamos ese derecho estratégico. Nadie se
salva solo.