Un equipo de paleontología local presentó una nueva
especie de dinosaurio de 90 millones de años de antigüedad. Encontrado en el
norte de la provincia de Río Negro, el Chucarosaurus diripienda es un hallazgo
clave: demuestra que los dinosaurios de gran tamaño habitaron toda la
Patagonia. Las claves del nuevo animal y la curiosa anécdota que dio origen a
su nombre. Chucarosaurus.
Ilustración Sebastián Rozadilla
Argentina podría conocerse como “la tierra de los dinosaurios”. Y es que a lo largo y ancho del país se encontró una enorme cantidad y variedad de especies que vivieron en el período Cretácico, la era final de este famoso grupo de reptiles. Sin embargo, entre estos cuantiosos hallazgos de la paleontología, nunca había aparecido un dinosaurio herbívoro gigante en la provincia de Río Negro… al menos no hasta ahora.
Hacia fines del 2019, una expedición de investigación por el sur de la
Villa el Chocón, daría con huesos aislados de un tamaño y peso descomunal. El
equipo, integrado por investigadores del CONICET, el Museo Argentino de
Ciencias Naturales, la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” y la
Universidad Nacional de Cuyo determinó que se trataba de una especie
totalmente nueva: el Chucarosaurus diripienda
“Al analizar los huesos encontrados se pudo distinguir un dinosaurio
herbívoro de gran tamaño y cuello largo. Pertenece al grupo de los saurópodos
colososaurios, lo que significa ‘saurios colosales o reptiles de gran tamaño”,
detalla el doctor Federico Agnolín, paleontólogo y primer autor del artículo
publicado en la revista Cretaceous Research.
El espécimen en cuestión tenía un fémur de unos 2 metros de altura con un
peso de 200 kilogramos, lo que permitió a los paleontólogos calcular un peso
aproximado de entre 40 a 50 toneladas y unos 30 metros de longitud. “Esto lo
convierte en uno de los dinosaurios de mayor tamaño conocido, que rivaliza con
los gigantes Argentinosaurus y Patagotitan. De
todas formas, los restos conocidos del Chucarosaurus son
notablemente más gráciles, lo que hace pensar que sería bastante más esbelto
que otros gigantes”, especifica Agnolin, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
Bochón. Ph. Julieta De Pasqua
El Chucarosaurus fue descubierto junto a una gran cantidad
de restos vegetales, incluyendo troncos fósiles, en rocas que indican que antes
había un río. En las cercanías, los investigadores también encontraron restos
de un enorme dinosaurio predador conocido como Taurovenator.
Estos indicios, explica Agnolin, permiten a los paleontólogos obtener una
fotografía “instantánea” del norte rionegrino de hace unos 90 millones de años,
con un Chucarosaurus habitando un ambiente boscoso, a la vera
de un río y atento a los distintos predadores de la época.
Grande y revoltoso
Hace unos 90 millones de años, el norte de la Patagonia era muy diferente a
como se conoce hoy en día. Lo que hoy son mesetas áridas con arbustos espinosos
y un sol abrasador, en aquel entonces estaban cubiertas por bosques
interminables de araucarias, salpicadas por lagos, lagunas y ríos.
Equipo 2019. Ph. Nicolas Chimento
Campamento. Ph. Ana Moreno
Luego de encontrar, extraer y preservar los huesos del Chucarosaurus, el equipo de paleontólogos se dispuso a abandonar la Reserva Natural Pueblo Blanco, ubicada 25 kilómetros al sur de la Villa el Chocón. Pero, en el proceso de traslado de los huesos, algo inesperado sucedió.
Los restos del Chucarosaurus quedarán
exhibidos en el Museo Provincial Carlos Ameghino, localizado
en la ciudad de Cipolletti, provincia de Río Negro.
“Habíamos cargado cuidadosamente todos los huesos del Chucarosaurus en
la caja trasera de la camioneta -relata Agnolín-. Ya en viaje, los fósiles
resultaron tan pesados que desbalancearon la camioneta, lo que produjo un
vuelco del vehículo. Afortunadamente, ningún investigador resultó herido y, si
bien se esparcieron los huesos por la ruta, no sufrieron daños”.
Cuando se realiza un hallazgo paleontológico, sus descubridores tienen la
posibilidad de elegir el nombre con el que el mundo científico se referirá a
ese espécimen. El equipo que integra Agnolin no tuvo mucho que pensar: se
trataba de un dinosaurio grande, resistente y que había causado un gran revuelo
en la ruta.
“Científicamente lo bautizamos como Chucarosaurus diripienda.
El primer nombre hace alusión a la resistencia y fortaleza de los huesos, que
pesan más de 100 kilos cada uno. El segundo significa ‘revuelto’ en referencia
al accidente durante su traslado”, cierra Agnolín, miembro de la Asociación Paleontológica Argentina, que, así,
suma una especie más a la rica colección de dinosaurios hallados en tierras
locales.
Fuente: Agencia CTyS-UNLaM – Escribe
Magalí de Diego