Los secuestros y asesinatos de los militantes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, de los que este domingo se cumplen 40 años, fueron "una operación de Inteligencia del Ejército" diseñada a fines de la última dictadura, para convencer a la opinión pública de la existencia de un "rebrote subversivo" que procuraba "infiltrase" en el Partido Justicialista de cara a los comicios de octubre de 1983.
Así lo
definió el fiscal de la Unidad de causas por delitos de lesa humanidad de
Rosario, Juan Patricio Murray, quien investigó los asesinatos de Cambiaso y
Pereyra Rossi, por los que en 2016 fue condenado a prisión perpetua -entre
otros- el excomisario Luis Abelardo Patti.
Quince días antes de esos homicidios, unos de los últimos
crímenes durante la dictadura, había sido asesinado en Córdoba el integrante de
la conducción de Montoneros, Raúl Clemente Yager.
Osvaldo Agustín Cambiaso, alias "El Viejo", y
Eduardo Pereyra Rossi, conocido como "Carlón", eran militantes
montoneros que en 1983 se habían incorporado a Intransigencia y Movilización
Peronista (IMP), nacida de un acuerdo entre la organización armada y el
caudillo catamarqueño Vicente Leónidas Saadi para la reinserción en la vida
política legal, con miras a la reapertura democrática y el proceso electoral de
ese año.
Cambiaso, ingeniero químico, residía en la localidad
santafesina de Pérez y tenía en Rosario un laboratorio de fotomecánica, recordó
a Télam Hugo Basso, quien compartió militancia con "El Viejo", quien
hasta fines de 1982 había estado detenido. El 14 de mayo de 1983, Cambiaso y
Pereyra Rossi quedaron en reunirse en el bar "Magnum" de Rosario,
ubicado en la esquina de Ovidio Lagos y Córdoba, para organizar la etapa que
comenzaba a abrirse, de retirada de los militares, mediante el voto
democrático.
De acuerdo a la investigación judicial que derivó en el
juicio por el secuestro, tormento y asesinato de ambos militantes, personal
civil de inteligencia del Ejército los secuestró en el bar, los llevó a un
galpón de las afueras de Rosario donde fueron torturados y finalmente sus
cuerpos aparecieron baleados en un camino rural de la localidad de Lima, en la
provincia de Buenos Aires.
De acuerdo a la investigación judicial que derivó en el
juicio por el secuestro, tormento y asesinato de ambos militantes, personal
civil de inteligencia del Ejército los secuestró en el bar, los llevó a un
galpón de las afueras de Rosario donde fueron torturados y finalmente sus
cuerpos aparecieron baleados en un camino rural de la localidad de Lima, en la
provincia de Buenos Aires.
En 2015 la causa por la que se investigó esos
crímenes, llegó a juicio en el Tribunal
Oral Federal 2 de Rosario y el 4 de mayo se conoció la sentencia.
Los jueces condenaron a prisión perpetua al
excomisario Luis Patti; al cabo Juan Spataro; al jefe del Destacamento de Inteligencia
121 de Rosario, Pascual Oscar Guerrieri; y 2º jefe de ese Destacamento, Luis Américo
Muñoz.
Fuente: Telam