El ingeniero Edgardo
Castro, inspector que había pedido la clausura del galpón de Iron Mountain en
2008, sostuvo que el incendio de este lunes “fue intencional”, y aseguró que el
depósito “no puede estar habilitado nunca” ya que “no tenía ninguna condición
de seguridad”.
“Como primera cuestión, el
incendio fue intencional, nada más que esta vez lo midieron mejor que la vez
pasada. Estaba mejor armado”, aseveró
Castro, ingeniero en Seguridad Ambiental, licenciado en Higiene y Seguridad del
trabajo y auditor en sistemas de calidad y medio ambiente.
El especialista argumentó
que el incendio en el depósito, ubicado en Jovellanos al 1300 en el barrio de
Barracas, “fue un calco de lo que pasó la vez anterior”, debido al “tiempo de
desarrollo del fuego, por la cantidad de material acumulado y cómo se derrumbó
el edificio”.
“Eso es técnico, no es una
apreciación subjetiva. Es una evaluación científica”, aseveró Castro, quien
sostuvo que al ver la noticia del incendio no se sorprendió “para nada”. En
cuanto a las condiciones edilicias, señaló que el depósito “no puede estar
habilitado nunca”.
“Ni antes podía estar
habilitado, ni ahora. No tenía ninguna condición de seguridad, pero no porque
no tenía matafuegos o todas esas variables, sino porque estructuralmente no se
podía habilitar para ese depósito”, aseveró.
En este sentido, sostuvo que el inmueble de la empresa Iron Mountain “tenía que haber sido desmantelado, y seguía habiendo material”, y agregó que “ese material que estaba ahí adentro era el material remanente que no quemaron en 2014. Y ahora, como tienen la lupa en la cabeza, había que terminar de desaparecerlo. Eso era un búnker”.
De este modo, Castro
señaló que “semejante cantidad de superficie de material de volumen y de
superficie del territorio no lo quemás con un solo fósforo, tenés que poner un
iniciador enérgico, hay muchas variables. Estos tipos son especialistas en
destruir material”.
“A veces estas empresas
viven de eso, hacen estas cosas cotidianamente. Son profesionales. Pero a ver
si tenés las joyas de la abuela y no la querés tener en tu casa y vas a un
banco, te tienen que llevar una caja fuerte que te garantice un nivel de
seguridad. No las ponés en un depósito que tiene cajas de cartón y una
estructura de chapa y de hierro”, ejemplificó.
Consultado sobre las posibles
víctimas fatales que hubiera desatado el incendio, como ocurrió con los 10
fallecidos de 2014, sostuvo que, a diferencia de esa vez, “esta vez ya lo
tenían previsto”.
“El fuego anterior no
generó tanto daño estructural, por eso aguantó nueve años. El edificio se cae,
igual que la otra vez, porque cuando vos al hierro lo llevas a 600 grados de
temperatura se ablanda. Entonces, la estructura que es muy pesada se derrumba y
fue lo que pasó ahora. Pero para llevarlo a 600 grados, tiene que tener mucho material
combustible, si no lo llevas un galpón que tiene ocho metros de altura”,
explicó.
Por
este motivo, Castro reconoció que el incendio le genera “suspicacia”: “¿Qué
hacían los materiales ahí adentro?”, se preguntó el experto.
“No
fue una casualidad, fue una orden bajada desde arriba. Los tipos que mataron a
10 personas les escupieron la cara a los familiares y a los muertos”, expresó
Castro, y concluyó que “el Gobierno de la Ciudad y la Justicia son socios de
esto”.
El 12 de abril pasado
la jueza Fabiana Palmaghini envió a juicio oral y público la causa en la que se
investiga ese incendio, un expediente en el que hay 18 imputados entre los que
figuran directivos de la empresa y exfuncionarios de la Dirección General de
Fiscalización y Control del Gobierno porteño, como así también un empleado de
seguridad de Iron Mountain que estaba en funciones cuando se inició el
incendio.
Fuente: Telam - https://elargentinodiario.com.ar/