La Cámara de Diputados de la Nación aprobó el 19 de abril por
unanimidad la creación del Programa Pubertad Precoz (PP), el cual busca
garantizar el acceso gratuito a la detección, diagnóstico, tratamiento integral
y cobertura farmacológica para el abordaje de esta condición en todo el país.
Solo resta la sanción del Senado.
La
pubertad precoz se presenta cuando el desarrollo de los caracteres sexuales
secundarios se inicia antes de los 8 años en las niñas y de los 9
años en los varones. Esto comprende la aceleración de la velocidad de
crecimiento, cambios en la forma y el tamaño del cuerpo, y la adquisición
de la capacidad reproductiva.
Además, estos cambios físicos fuera de tiempo pueden convertirse
en un factor de vulnerabilidad social y tener consecuencias significativas en
el plano psicológico.
El desarrollo temprano de caracteres
sexuales secundarios en la infancia consigue acarrear problemas emocionales y
de comportamiento, como también la exposición a otras situaciones de riesgo
como el adelanto en la actividad sexual, peligros de abuso sexual, consumo de
sustancias tóxicas, trastornos de la conducta alimentaria, depresión, y
situaciones de discriminación social.
Su causa en algunos casos se desconoce y se denomina idiopática,
en otros, puede ser consecuencia de patologías orgánicas.
También existen factores ambientales que inciden,
tales como el aumento de peso, el uso prolongado de dispositivos electrónicos
y los disruptores endocrinos.
Cristina Bazán de
Casella, doctora en Medicina, endocrinóloga infantil certificada por
SAP, profesora de Pediatría de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT),
directora de la Residencia de Endocrinología infantil y de Investigación de
Tucumán, destacó la importancia de esta iniciativa: "Es fundamental que el proyecto
de ley avance porque el tratamiento de la pubertad precoz es necesario y
todas las niñas y niños deben tener acceso a él".
La especialista explicó que el proyecto de ley establece la
obligatoriedad de que los servicios de salud públicos y privados incluyan la
detección temprana de la pubertad precoz en sus programas de atención y que se
garantice el acceso a un tratamiento adecuado a esta condición que antes se
trataba como poco frecuente, pero que, luego de la pandemia, se disparó a
niveles sorprendentes.
En este sentido, Bazán de Casella enfatizó que el
tratamiento es clave para evitar problemas futuros: "Es transitorio y
completamente reversible. Concretamente, se suprime la producción de hormonas
que produjeron el inicio de los cambios físicos, los cuales no progresan.
Además, esto evita el avance de la maduración ósea y posterga el cierre
de los cartílagos de crecimiento. En el caso de las niñas, también se demora la
aparición de la menarca hasta la edad adecuada".
La doctora en Medicina también consideró que la medida
contribuirá a visibilizar la problemática y resaltó el rol clave de las
familias para obtener un diagnóstico a tiempo: "Es muy importante que
los padres y madres estén atentos a los cambios físicos en sus hijos e hijas,
como la aparición de crecimiento mamario o el crecimiento de los testículos. Si
notan algo fuera de lo normal, deben llevar al niño o niña al pediatra o al
endocrinólogo infantil para una evaluación".
Para el tratamiento se utiliza análogos de LHRH, uno de ellos
puede aplicarse cada tres meses Todos los análogos de LHRH producen
excelente inhibición hormonal pero no de la velocidad de crecimiento y cuando
se suspenden continua el desarrollo puberal y se alcanza la talla objetivo
genética de los padres.
Fuente: Comunicación Pública - Tucumán