Consejos dermatológicos. Especialistas
consultados por Télam señalaron que "la medida más importante
es evitar que los chicos estén expuestos al sol, pero si lo están no debe
ser entre las 11 y las 16". En cuanto a los lactantes menores de 6 meses
"nunca" deben estar expuestos directamente a la luz solar.
Las medidas de protección solar en niños y niñas "evitarían un gran
porcentaje de problemas cutáneos en la adultez, entre los más importantes el
cáncer de piel" ya que “el fotodaño que generan las radiaciones solares es
acumulativo y el 80% del daño" en ese sentido se produce hace "antes
de los 18 años”, advirtieron especialistas que brindaron sugerencias ante la
llegada de las vacaciones de verano.
"La medida más importante a tener en cuenta es evitar
que estén expuestos al sol, pero si lo están no deben hacerlo entre las 11 y
las 16", subrayó la jefa interina de Consultorios Externos de Pediatría
del Hospital de Clínicas "José de San Martín" de la Universidad de
Buenos Aires, María Gabriela Gandolfi.
Cuando
los niños y niñas están al sol deben tener colocados una remera preferentemente
de color oscuro, un gorro o sombrero de ala ancha para cubrir cara, orejas y
gran parte del cuello y, en lo posible, anteojos de sol con filtro solar para
proteger los ojos y zonas perioculares.
También, es fundamental la hidratación, que beban abundante
agua durante el día y aumentar la frecuencia de las tomas de pecho en bebés
amamantados, así como colocarles diariamente crema hidratante sobre la piel,
añadió la especialista.
En
tanto, los lactantes menores de 6 meses "nunca" deben estar expuestos
directamente a la luz solar y, si están al aire libre, "se los debe ubicar
a la sombra y en un lugar fresco".
Respecto a los protectores solares, Gandolfi explicó que deben usarse a partir de los 6 meses, aplicarse de manera uniforme y generosa 15 a 30 minutos antes de exponerse al sol y cada 2 horas mientras dure la exposición solar, o antes, si hubo inmersión en agua, sudoración excesiva o frotamiento de la piel con una toalla; y deben ser "de fácil aplicación, amplio espectro de absorción UV, no irritante y cosméticamente agradable".
El
Factor de Protección Solar (FPS) evidencia la eficacia en cuanto al grado de
protección que ofrece: existen compuestos con protección baja (FPS 2 a 15),
media (FPS 15 a 30), alta (FPS 30 a 50) y muy alta (FPS > 50).
"En el paciente pediátrico los fotoprotectores deben
tener un FPS alto, ser de amplio espectro para rayos UVA y UVB como también
resistentes al agua", sostuvo la experta, quien subrayó que "utilizar
medidas de protección solar en el paciente pediátrico evitaría un gran
porcentaje de problemas cutáneos en la adultez, entre los más importantes el
cáncer de piel".
Por su parte, la dermatóloga Clara Hernández Gazcón sostuvo
-en diálogo con Télam- que “el fotodaño que generan las radiaciones solares es
acumulativo y el 80% del daño que acumulamos en nuestra vida lo hacemos antes
de los 18 años”.
Explicó que “las radiaciones UVA se asocian con el cáncer de
piel, mientras que las UVB con quemaduras solares agudas que aumenta cuatro
veces la posibilidad de contraer esa enfermedad”.
“El cáncer de piel aparece en la vida adulta. Antes aparecía
a los 70 u 80 años y ahora hay casos a los 30 y 40. Esto es así porque hoy el
impacto de la radiación es cada vez mayor a raíz del agujero de la Capa de
Ozono y por los hábitos actuales de mayor exposición al aire libre. El sol no
es el mismo que el de antes, es más fuerte”, remarcó.
Sobre la ropa adecuada para protegerse del sol, subrayó que “el color oscuro absorbe la radiación y el claro la repele” y destacó que “las remeras para agua con filtro UV tienen factor 50 de protección que está aclarado en la etiqueta del producto que dura una temporada”.
Mitos y Verdades
Sobre la exposición solar, Gandolfi señaló que no todas las
sombrillas ofrecen buena protección, cuanto más delgada sea la tela y sus
fibras se encuentren más separadas, mayor será la cantidad de rayos que la
atraviesen.
En segundo lugar, reafirmó que las pieles oscuras deben
cumplir los mismos cuidados que las pieles claras; en días nublados deben
mantenerse los mismos cuidados físicos y las medidas de fotoprotección; la
exposición indirecta causa los mismos efectos nocivos, ya que los rayos UV se
reflejan en distintas superficies como la nieve que refleja aproximadamente un
85% de la luz que le llega, y el agua o la arena que reflejan un 20%.
En cuanto a los vidrios de las ventanas, filtran las
radiaciones UVB, pero no las UVA, que son las que tienen mayor longitud de onda
y por eso penetran más las superficies, advirtió.
Por último, el riesgo de quemaduras solares "aumenta con
la altura", por lo tanto, deben cumplirse las mismas medidas en la montaña
aumentando la frecuencia de recolocación del fotoprotector.
Hernández Gazcón agregó que “hay mucha gente que dice que los
protectores solares son cancerígenos. Esto es así porque tenían un componente
llamado oxibenzona, que se retiró del mercado”.
“El mito que es te ponés un químico para protegerte del sol.
Sin embargo, hay protectores que son 100% minerales, sin ningún químico”,
señaló.
Otro mito es “que los protectores solares lastiman los
océanos y los corales. En los últimos 10 años hay una corriente mucho más
proteccionista y hoy se testean para que sean amigables con los
corales”. Asimismo, en caso de quemadura solar de niños y niñas, la médica
señaló que lo primero debe ser "evaluar la gravedad".
Las quemaduras leves se presentan luego de unas horas de la exposición solar y se caracterizan por enrojecimiento, aumento de temperatura y picazón en esa zona de la piel, precisó, y recomendó refrescar la piel mojando la zona con agua fría o con una compresa húmeda y más tarde colocar una loción hidratante para que la piel se empiece a recuperar.
Mientras persista la quemadura, "se debe evitar completamente la exposición al sol".
Si la quemadura ocupara gran parte de la superficie cutánea o
si el niño presenta náuseas, vómitos, fiebre o mareos, "se debe consultar
lo antes posible al pediatra o a la guardia médica".
En cuanto al daño que produce la radiación UV en la piel, la
médica explicó que es "acumulativo e irreversible" y que por eso
resulta fundamental la fotoprotección en niños y adolescentes.
"Se estima que una persona de 60 años, recibió en los
primeros 20 años de su vida un porcentaje importante, 40 a 50%, de la dosis
acumulativa de radiación UV", concluyó