Arturo Brizio, el juez que impartió justicia en la eliminación albiceleste, contó detalles de la previa al encuentro decisivo en la Copa del Mundo.
El mexicano Arturo Brizio, quien fue el árbitro del partido en que Países Bajos eliminó a la Argentina por 2 a 1 en cuartos de final del Mundial de Francia 1998, recordó que le ofrecieron arbitrar ese partido porque todos los demás referís lo habían rechazado.
Brizio, de 66 años, rememoró en el portal MedioTiempo: "Ningún árbitro quería estar en el Vélodrome de Marsella, porque se trataba de uno de los encuentros más difíciles del certamen por la calidad de las figuras en ambas selecciones".
El partido se desarrolló el 4 de julio y Países Bajos venció a Argentina 2 a 1, con un gol de Dennis Bergkamp en el último minuto y Brizio expulsó al neerlandés Arthur Numan y al argentino Ariel Ortega.
“Un miembro del Comité de arbitraje de FIFA me dijo 'oye hay un partido, Argentina-Países Bajos, que nadie quiere arbitrar'. Me pareció raro que en un Mundial no quisieran un partido, pero vi que había cuestiones, que hay partidos bravos y que de pronto el seguir en el Mundial depende de eso, pero yo dije: 'pues lo voy a arbitrar y encantado'”, explicó el exárbitro que se retiró tras ese partido.
Países Bajos se puso al frente con gol de Patrick Kluivert, empató Claudio López y Bergkamp, puso el resultado final que eliminó al equipo que dirigía Daniel Passarella.
“Lo viví, desde el punto de vista emocional como mi último partido, había anunciado mi retiro del futbol y cada partido del Mundial era mi último partido. Sabía que tenía que entender que en la cancha eran dos superpotencias que podían ser finalistas”, mencionó.
Sobre la expulsión del "Burrito" Ortega, por un supuesto cabezazo al arquero Edwin Van der Sar dijo: “Ortega se tiró simulando, lo fui a amonestar. El arquero Van der Sar lo encaró y él le dio un cabezazo. Al final era la misma historia, era una segunda amarilla o una roja directa. Yo vi que lo contactó y lo expulsé. No hubo diálogo con Ortega, dijo algo y no lo escuché, me llevé el dedo índice al oído como diciendo no oigo lo que decís y el se fue al vestuario".
Esa fue la despedida de Brizio pese a que en esos días se planteó la posibilidad de que pudiera arbitrar la final, pero era difícil porque en fase de grupos había expulsado a la estrella francesa Zinedine Zidane.