La participación del
presidente Alberto Fernández en la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva no sólo por el impacto que la llegada por
tercera vez del líder del Partido de los Trabajadores (PT) al Palacio del
Planalto tendrá en la estratégica relación bilateral sino también por su
gravitación en el futuro de la integración regional.
El Jefe de Estado y la comitiva que lo
acompañe serán recibidos en Brasilia por el embajador Daniel Scioli, quien
pondrá la sede de la embajada argentina a disposición de la delegación
presidencial.
Según se indicó, existe la posibilidad de que junto a Fernández
también viaje el exmandatario de Uruguay, José Pepe Mujica, quien por
invitación del presidente argentino podría subirse al avión que lo trasladará a
Brasilia.
Un “plato fuerte” de la agenda internacional 2023
La asunción de Lula constituye uno de los platos fuertes de la agenda
internacional 2023 del mandatario argentino, que continuará con la Cumbre de
Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños
(Celac), que, el 24 de enero, se desarrollará en Buenos Aires, y que tendrá
como plato fuerte el regreso de Brasil al bloque (de donde fue excluido por
decisión del ultraderechista Jair Bolsonaro) con la participación del líder del
PT, tras su retorno a la presidencia del gigante sudamericano.
“La llegada de Lula puede ayudar en volver a unir al continente, donde la
globalización está en tela de juicio y adquiere otro significado. En la Celac
faltaba la presencia de Brasil”, declaró días atrás el presidente
argentino, a cargo de la Presidencia Pro Témpore (PPT) de ese mecanismo
regional.
Brasil -como se encarga de recordarlo el embajador Daniel Scioli cada vez
que puede- es el principal socio y primer destino de exportaciones industriales
de la Argentina.
Ambas naciones tienen además una relación estratégica en cuestiones
nucleares, de seguridad regional y proyección hacia el Atlántico Sur, la
Antártida y la Cuenca del Paraná y el Río de la Plata.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil (detrás de China y los
Estados Unidos) y principal socio del Mercosur.
La segunda visita en
menos de dos meses
Esta será la segunda visita del mandatario argentino a Brasil en menos de
dos meses, tras el viaje que realizó a San Pablo el 31 de octubre
pasado, una vez confirmado el triunfo, en un balotaje, del líder del PT sobre
el actual presidente del vecino país, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Retomando una tradición de los mandatarios brasileños quebrada por
Bolsonaro, la Argentina será, el 24 de enero, el primer viaje al exterior de
Lula, ya convertido por tercera vez en presidente del Brasil, “todo un gesto”
del líder del PT al gobierno del Frente de Todos, consideran en el Palacio San
Martín.
La importancia que Da Silva le asigna a la relación bilateral con la
Argentina quedaría plasmada en la decisión del presidente electo de
enviar como embajador en Buenos Aires a un dirigente con peso político, a
contramano de la tradición de Itamaraty de nombrar a representantes con
trayectoria diplomática.
En ámbitos diplomáticos resuena la posibilidad de que ese cargo recaiga en la expresidenta Dilma Rousseff o en algún otro dirigente con fuerte perfil político. “Dilma embajadora, ojalá, habrá que ver. No sé si será Dilma, pero seguro van a mandar a un dirigente con perfil político”, especulan en el Palacio San Martín.
Según anticiparon fuentes de la Cancillería argentina, se prevé que, en el
marco del cónclave de presidentes de la Celac, el mandatario brasilero sea
recibido por su par argentino, Alberto Fernández, en la Casa Rosada, para
mantener una reunión bilateral que incluirá la firma de acuerdos de integración
económica, particularmente en materia energética.
Fuente: Telam