Las empresas necesitan llevar una contabilidad minuciosa para saber cuánto dinero les ingresa, versus cuánto y en qué gastan. Solamente así pueden saber si arrojan resultado positivo o negativo. Esto lo hacen al menos una vez al año, y muchas tienen como “fecha de cierre de ejercicio” el 31 de diciembre de cada año. Fotot: https://ahorroefectivo.com/que-es-un-balance-general/
Sobre el final del año las personas suelen hacer también un
“balance”.
Pero en este caso suelen tomar preponderancia factores que no se
pueden medir en números. Por ejemplo: el estado de ánimo, la salud, las
relaciones afectivas, la situación laboral, etcétera. Esto lo solemos hacer
casi intuitivamente, sin mucho orden y sin un plan preestablecido.
Vendría
muy bien adoptar la costumbre de agregarle aspectos patrimoniales a ese balance
personal de fin de año.
Así
como las empresas toman una “foto” de sus activos y pasivos a fin de año, las
personas tendríamos que hacer lo mismo. “Es muy importante hacer esa suerte de mapa
patrimonial, preguntándonos: ¿De qué soy dueño? ¿Cuánto vale eso? ¿Debo dinero?
¿A quién?”, ejemplifica el experto.
Para que nuestro
patrimonio sea positivo, el valor de lo que poseemos debe ser mayor a la suma
de nuestras deudas. Las deudas financieras (especialmente las de tarjeta de
crédito) pueden hacer trizas nuestro patrimonio si no las tenemos bajo control.
“A la hora de tener un
patrimonio sano, es esencial estar lo más libre posible de deudas. Pagar
intereses innecesarios es una forma evitable de perder dinero”, explica Acosta
Güemes. Si tenemos distintas deudas, en
general conviene liberarnos primero de la que tenga intereses más altos.
Sobre las tarjetas de
crédito
Según
un reciente informe de la Reserva Federal de Nueva York (EE.UU.), los hogares
estadounidenses tuvieron un fuerte incremento en sus deudas. Esto fue motivado por
el mayor uso de tarjetas de crédito y por mayores saldos hipotecarios. El
informe señala un salto interanual de 15% en las deudas de tarjeta de crédito
(algo que no sucedía hace 20 años).
Esto
no quiere decir automáticamente que no debemos usar las tarjetas de crédito. De
hecho, en algunos países de Latinoamérica se obtienen descuentos y cuotas sin
interés que benefician a las personas que manejan su dinero con
responsabilidad. “La clave está en pagar siempre el saldo completo al fin de cada ciclo
mensual”, revela el director de SFI Servicios Fiduciarios. “Y no
es lo mismo endeudarse para tomarnos unas vacaciones que para comprar
herramientas de trabajo”, agrega.
La
OCDE -Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico-, presentó en
2021 un completo informe para la región de América Latina y el Caribe,
denominado “¿Cómo va la vida?”.
Al explicar la metodología del mismo, el informe señala que en
la dimensión “ingreso y patrimonio/consumo” de las denominadas “condiciones
materiales” se consideran factores como “ingreso familiar”, “patrimonio del
hogar”, “dificultad para llegar a fin de mes”, “inseguridad financiera”.
Asimismo, para la dimensión “recursos para el bienestar futuro”, se cita en el
“capital económico” factores como “endeudamiento del hogar”.
En
suma, un balance personal realista debe contemplar esos elementos para
permitirle a la persona medir su situación actual y sus perspectivas a futuro.
La
mayoría de las personas generan sus ingresos trabajando, o por beneficios como
las jubilaciones y pensiones. Otras viven de sus ahorros o de la renta que les
generan sus activos. Por eso es importante evaluar a fin de año qué puede
suceder con esos ingresos el año siguiente. El especialista consultado sugiere
las siguientes preguntas que hay que hacerse:
·
¿Me pagan lo suficiente en mi empleo?
·
¿Qué pasaría si me quedara sin trabajo?
·
¿Podría afrontar los gastos si surgiera alguna emergencia
familiar o de salud?”
Puede
verse entonces que (en este tema), las personas nos beneficiaríamos de hacer
como las empresas y efectuar un balance de fin de año que incluya aspectos
patrimoniales:
·
¿Qué puntos patrimoniales debo contemplar en ése balance
personal de fin de año?
·
¿Cuánto tengo, cuánto debo, cuánto gano, cuánto y en qué gasto?
·
¿Tengo un fondo de reserva para emergencias?
·
¿Cómo podría ganar más?
·
¿Cómo podría gastar menos?
Esas respuestas nos dan un panorama.
Y si queremos que ese panorama mejore, tenemos que hacer un
plan de acción concreto para empezar inmediatamente a cambiarlo.
No va a ser algo instantáneo, pero el primer paso hay que darlo
y depende de nosotros”. Esa es la conclusión de Acosta Güemes.
Fuente: SFI Servicios Fiduciarios