Estudiantes de distintas carreras del Instituto Tecnológico de Buenos Aires también fueron seleccionados como finalistas de CanSat.
Bautizado con el nombre "Messi", el prototipo que diseñaron los estudiantes del Centro de Educación Técnica 30 tiene como objetivo detectar zonas con riesgo de sufrir incendios forestales.
Cuatro alumnos del Centro de Educación Técnica 30 de la ciudad rionegrina de
Cipolletti recibieron una mención de honor tras participar de la competencia
nacional CanSat, que propuso diseñar un prototipo de satélite a partir de una
lata de gaseosa.
CanSat es impulsada por las principales agencias espaciales del mundo, como la
NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), y en la Argentina fue organizada por
el Ministerio de Ciencia a través de la Comisión Nacional de Actividades
Espaciales (Conae) para acercar a la juventud a la actividad espacial.
El objetivo planteaba la posibilidad de crear una carga útil cuyo tamaño no
supere al de una lata de gaseosa, y lanzarla en un cohete hasta una altitud
aproximada de 300 metros.
De allí resulta el término Can (lata) y Sat (satélite), por sus siglas en
inglés.
El prototipo que diseñaron los alumnos cipoleños fue bautizado con el nombre "Messi", que significa Misión Espacial Satelital Sur Init (inicio) y que tiene como objetivo detectar zonas con riesgo de sufrir incendios forestales.
Uno de los integrantes del equipo de alumnos, Francisco Gonzales, explicó que
"el desafío es que el satélite esté dentro de una lata de gaseosas y la
primera misión consiste en medir la presión, la humedad y la temperatura".
La segunda es la de medir la biomasa de esta zona "por ejemplo, debido a
la región en la que nosotros estamos, elegimos medirla para determinar qué
zonas son más propensas a incendiarse", aclaró.
La alumna Tiziana Perfumo Bouzón dijo que a partir de eso se podrán ver los gráficos en una estación en tierra.
La intención del grupo que se completa con los estudiantes Valentino Sario y
Luka Hugon es participar de la Feria de Ciencias de Río Negro que se realizará
a partir del 9 de agosto.
La profesora de programación y seguridad informática a cargo del grupo, Mirta
Urrutia, dijo a Télam que le "parece fantástico que se abran las puertas
del instituto de tecnología y desarrollo para el nivel medio porque hay chicos
que están interesados y expectantes para este tipo de certámenes".
"Las ganas de hacer moviliza al resto que muchas veces no consideran
participar, pero esto ya queda marcado en los chicos que transitan la escuela
con vivencias", precisó.
"Hay que animarse, nosotros empezamos esto sin tener idea, nos pusimos a
investigar y llegamos, es maravilloso ver a los chicos orgullosos y a sus
padres también", agregó.
Los minisatélites representan la nueva generación, cuya principal ventaja
es la reducción de costos de construcción y lanzamiento
El director del CET 30, Jorge Benítez, contó a Télam que la escuela de
Cipolletti integra el grupo de las 22 que recibieron la mención de
honor.
Y remarcó que la intención es la de conseguir los insumos para armarlo
y probarlo. "Estamos en esas tratativas con el apoyo del
Municipio de Cipolletti y el Ministerio de Educación, para que los chicos
continúen con su proyecto", aseguró.
En ese sentido consideró que una de las estrategias sería la de elevarlo con un
dron para que pueda realizar las lecturas sobre la zona de la ciudad. "Son
alternativas posibles que se están estudiando", apuntó.
Luego aclaró que el grupo está integrado por alumnos de familias que viven en
la ciudad y en barrios periféricos, "todos de Cipolletti", remarcó.
Benítez contó que desde la escuela se busca que los alumnos participen con el
afuera de la escuela, en una relación de aprendizaje. "Estas son
puertas y ventanas que ellos pueden ver, y luego determinarán si les gusta o
no", afirmó.
"En este caso, primero se armó el grupo y luego los chicos buscaron a la
docente, la información llegó a través de un estudiante que fue quien dio el
puntapié inicial, y luego me enteré yo", precisó el director.
El artefacto debe medir 5 centímetros de diámetro por 15 de alto, y pesar hasta
300 gramos, incluyendo el paracaídas.
La idea es lanzarlo en un cohete a escala, no muy grande, subirlo unos 300
metros y con un descenso controlado iría cumpliendo las misiones.
Fuente: Telam