El presidente Alberto Fernández pidió la renuncia del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro. (Foto AFP).
En su
disertación, el mandatario pidió profundos cambios en la Organización de
Estados Americanos si es que esa organización y el cuerpo de intregantes
"quiere ser respetado y volver a ser la plataforma política regional para
la cual fue creada".
Por Daniel Scarímbolo, Enviado Especial
El Presidente Fernández sostuvo que "la OEA, si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen".
"En
esta Cumbre debemos analizar el presente y proyectar el mañana en pos de una
reconstrucción creativa del multilateralismo", subrayó
Fernández en su alocución en el Convention Center de la ciudad estadounidense
de Los Ángeles, al disertar en la IX Cumbre de las Américas.
Esas
palabras fueron señaladas antes de dirigirse al presidente estadounidense
Joseph Biden, a quien le pidió una reformulación de
la política de su país hacia América Latina y el Caribe.
"Estoy
seguro de que es momento de abrirse de modo fraterno en pos de favorecer
intereses comunes", propuso el jefe de Estado y, al
dirigirse al propio Biden le recordó que "los años previos a su llegada al
Gobierno de los Estados Unidos de América estuvieron signados por una política
inmensamente dañina para nuestra región desplegada por la administración que lo
precedió", en referencia a la gestión de Donald Trump.
"Es hora de que esas políticas cambien y los daños se reparen",
reafirmó el mandatario argentino y cuestionó que "se ha utilizado a la OEA
como un gendarme que facilitó un golpe de estado en Bolivia".
Y le reprochó la ausencia de países que fueron excluidas por su administración:
"El silencio de los ausentes nos interpela. Para que esto no vuelva a
suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país
anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión
sobre los países miembros del continente", planteó ante la atenta mirada
de Biden y de su vicepresidenta, Kamala Harris.
En
su balance de la actuación de Trump hacia la región,
reprochó que se hayan "apropiado de la conducción del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) que históricamente estuvo en manos latinoamericanas",
por la designación en ese organismo del estadounidense Mauricio Claver-Carone.
Además, lamentó que en el gobierno republicano se hayan "desbaratado las
acciones de acercamiento a Cuba, en las que el Papa Francisco medió, que habían
significado avances logrados por la administración de Barack Obama, mientras
usted era vicepresidente", resaltó en otro párrafo dirigido a Biden.
"Es
hora de que esas políticas cambien y los daños se reparen": Alberto Fernández
En el mismo sentido, remarcó que "la intervención del gobierno de Donald
Trump ante el Fondo Monetario Internacional fue decisiva para facilitar un
endeudamiento insostenible en favor de un gobierno argentino en
decadencia", por el crédito stand-by otorgado en 2018 a la gestión de
Mauricio Macri.
"Lo hizo con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo
electoral de nuestra fuerza política. Por tamaña indecencia sufre hoy todo el
pueblo argentino", espetó Fernández.
En
cuanto a los países representados en la Cumbre, el Presidente lamentó no que no
hayan "podido estar presentes" todos los que debían estar, en
relación a las exclusiones de Cuba, Venezuela y Nicaragua,
"en este ámbito tan propicio para el debate".
Como presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (Celac), Fernández compartió su preocupación porque América Latina y
el Caribe "hayan emergido de la pandemia como la región más endeudada del
mundo en desarrollo" y advirtió que el peso promedio de la deuda externa
supera el 77 % del producto bruto regional.
"Desde
la periferia en la que nos colocan, la América Latina y el Caribe miran con
dolor el padecimiento que sobrellevan pueblos hermanos",
sostuvo en otra parte del discurso que preparó durante varios días junto a su
canciller Santiago Cafiero.
Sobre Cuba y Venezuela, planteó que la isla "soporta un bloqueo de más de
seis décadas, impuesto en los años de la Guerra Fría" y reprochó que
Venezuela "tolere otro (bloqueo) mientras que una pandemia que asola la
humanidad arrastra consigo millones de vidas".
En otro
tramo del discurso que la prensa acreditada siguió por pantallas gigantes en el
Centro de Prensa del Convention Center, Fernández propuso que la Banca de
Desarrollo Regional, "sin más demoras, tiene que volver en su gobernanza a
América Latina y el Caribe", y en el caso del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) puntualizó que esa entidad financiera "requiere de un
proceso de capitalización para tener más y mejores medios de
financiamiento".
"En la América en la que vivimos tampoco son admisibles las exclusiones al
bienestar, al financiamiento sostenible, a la diversificación productiva, a la
tecnología para el progreso social y a la equidad de género. Asumamos el
desafío de atender las causas profundas que ponen en tensión nuestra
convivencia democrática", resumió.
Luego habló de la guerra en Europa y puso el foco sobre las consecuencias del
conflicto bélico para el acceso de la humanidad a los alimentos, una urgencia
que atravesó la Cumbre y sobre la cual hizo una fuerte advertencia el secretario
general de la ONU, António Guterres.
"La invasión de Rusia sobre Ucrania impacta de lleno sobre nosotros",
describió Fernández, y llamó a construir con urgencia "escenarios de
negociación que le pongan fin a la catástrofe bélica. Sin humillaciones ni deseos
de dominación. Sin geopolítica deshumanizada ni privilegios de violencia".
"Que
la tragedia humanitaria que vivimos no nos ciegue. Estoy convencido de que
estamos frente a la oportunidad de plantearnos el desarrollo de una verdadera
Asociación Estratégica Común", profundizó.
Y propuso dos grandes objetivos: "Organicemos continentalmente la
producción de alimentos y proteínas y desarrollemos nuestro enorme potencial
energético y de minerales críticos para la transición ecológica".
"Vengo de un país humanista donde consagramos el valor de los derechos
humanos como el corazón de nuestra identidad y siempre defenderemos su vigencia
en todos los ámbitos", resaltó.
"Precisamente por eso, nos resulta natural pensar en la construcción de un
futuro sostenible, resiliente y equitativo, como reza el lema de esta cumbre.
No he venido a Los Ángeles a discutir cuándo hacerlo. El momento es hoy. El
hambre ataca. Solo debemos debatir cómo hacerlo", alertó en el plenario
frente sus pares del hemisferio.
Ante tanta desigualdad, insistió, se debe plantear "la necesidad de
políticas impositivas progresivas", incluso cuando las élites domésticas
se presenten "como un peligro para la calidad democrática", y remarcó
que "la renta inesperada que la guerra entregó como un regalo a grandes
corporaciones alimenticias, petroleras y armamentísticas debe ser gravada para
mejorar la distribución del ingreso".
"En
la América en la que vivimos tampoco son admisibles las exclusiones al
bienestar, al financiamiento sostenible, a la diversificación productiva, a la
tecnología para el progreso social y a la equidad de género. Asumamos el
desafío de atender las causas profundas que ponen en tensión nuestra
convivencia democrática"
Más adelante aludió al cambio climático y narró que el Caribe "lo padece
de modo dramático y no hay tiempo para esperar respuestas".
"Somos acreedores ambientales. Aportamos oxígeno al planeta y no somos
responsables de emitir los gases que provocan el efecto invernadero",
apuntó, y agregó: "La injusticia ambiental que vivimos destruye nuestro
continente. Debemos enfrentar la transición ecológica contando con auxilios
financieros suficientes que movilicen la innovación con justicia social".
Hacia el final de discurso mencionó
los derechos soberanos sobre Malvinas y remarcó que "Argentina es un país
pacífico".
"Seguimos reclamando por las vías diplomáticas los legítimos derechos que
nos caben sobre nuestras Islas Malvinas. Seguimos confiando en el diálogo. Tras
la tragedia de la pandemia, observamos a las guerras como el triunfo de la
insensibilidad humana".
"Debemos construir juntos, en unidad, un renovado humanismo, que, como
enseña el Papa Francisco, comience por los últimos, para llegar a todos y
todas", completó.
En el cierre volvió a dirigir su mensaje al anfitrión, Biden: "Estoy aquí
tratando de construir puentes y derribar muros. Como presidente de la Celac
quiero invitarlo a participar de nuestra próxima reunión plenaria", a
realizarse en Buenos Aires el 1 de diciembre próximo.
"Sueño que en una América fraternalmente unida. Nos comprometamos a que
todos los seres humanos que habitan nuestro continente tengan derecho al pan, a
la tierra, al techo y a un trabajo digno", concluyó.
Fuente: Telam