Uno de los hermanos del ex presidente Mauricio Macri declara este lunes como testigo, en la causa en la que se investigan supuestas maniobras de espionaje ilegal contra dirigentes políticos, gremiales, sociales, periodistas y personas privadas de su libertad durante el gobierno de Cambiemos.
Escribe: Ariel Zak
Se trata de Mariano Macri, quien está alejado del expresidente y en un libro de
reciente publicación aseguró que a su hermano "le gustó el juguete",
en relación al espionaje ilegal y los mecanismos ilícitos de intercepción de
llamadas telefónicas.
Mariano Macri fue convocado por el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi para
este lunes a las 15 y está previsto que la declaración, que ya debió ser
postergada una vez por cuestiones de salud, se lleve a cabo a través de la
plataforma virtual zoom.
El testimonio del hermano del ex presidente, que será bajo juramento de decir
verdad, fue solicitado por distintos querellantes luego de que se publicara el
libro "Hermano", del periodista Santiago O´Donnell, en el que Mariano
Macri afirma que su familia incurrió en maniobras de espionaje ilegal y que
Macri hizo de esa actividad un hábito.
"Empezó con el viejo (Franco Macri) preocupado por el marido de Sandra
(hermana del ex presidente), pero después parece que a Mauricio le gustó el
juguete, porque tuvieron el problema de las escuchas", sostuvo Mariano
Macri en uno de los pasajes del libro de O´Donnell, en el que hace referencia a
la causa por escuchas ilegales por la que estuvo procesado su hermano cuando
era jefe de Gobierno porteño.
Según surge del libro, Mariano Macri fue el encargado de contarle a Mauricio
que el padre de ambos había mandado a escuchar a Néstor Leonardo, entonces
pareja de Sandra Macri, de quien desconfiaba.
"Le conté a Mauricio que papá quería montar una escucha porque no sabía si
la integridad física de Sandra y los chicos peligraba. Mauricio lo debe haber
hablado con el gerente general del grupo, Leo Maffioli", sostuvo el
hermano del exmandatario en una de las entrevistas reproducida en el libro publicado
por la Editorial Sudamericana.
"El que usaba el juguete era Mauricio, queda claro por los quilombos que
surgieron después. Para mi viejo, la única puerta de entrada a ese mundo
esotérico del espionaje arrancó en el secuestro de Mauricio, pero ahí quedó",
sostuvo Mariano Macri, según surge del libro citado.
"Mauricio siempre quiso demostrar que la tenía más larga. De un hermano
presidente yo hubiera esperado que suprimiera los servicios de inteligencia,
que solo causan daño, que no tienen nada bueno que aportarle a la sociedad. Y
que empezara un camino institucional transparente. Y bueno, no. Él quiso
doblegar, y habrá operado en la justicia, más eficazmente o más torpemente. La
justicia misma se le puso al servicio. Habrá operado con los servicios de inteligencia.
Por algo puso a un amigo de la calaña del Negro [Arribas], que por más afecto
que le tenga es un tipo bien turbio: para continuar con las escuchas, los
seguimientos, las carpetas", aseveró.
La declaración de Mariano Macri fue ordenada por el juez Martínez de Giorgi en
una una resolución en la que también dispuso recibir los testimonios de la
interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, y
del diputado Diego Santilli, que declararán por escrito.
Las citaciones fueron ordenadas junto con más de 40 medidas de prueba que
dispuso el magistrado al quedar a cargo de la investigación tras el pase del a
causa del fuero federal de Lomas de Zamora a Comodoro Py por orden de la Cámara
Federal de Casación.
En la causa estuvieron procesados los ex responsables de la AFI en el macrismo,
Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, junto a otros ex jerárquicos y ex agentes del
organismo.
Sin embargo, cuando el caso pasó a los Tribunales de Comodoro Py, a pedido de
las defensas de los exfuncionarios acusados, la Cámara Federal porteña revisó
lo resuelto en Lomas de Zamora y concluyó que no hubo una asociación ilícita en
la AFI sino que se trató del accionar ilegal "cuentapropista" de un
grupo de espías.
Para la Cámara Federal porteña no hubo violación a la ley de inteligencia por
parte de los exdirectores de la AFI, por lo que fueron beneficiados con una
falta de mérito, aunque Majdalani quedó procesada por presunto
"incumplimiento de deberes" a raíz de no haber controlado las actividad
de los agentes que se denominaban a sí mismos como los "Súper Mario
Bros".
Fuente: Telam