Descamisado 24/VII/1973. Presentación “450 años de Guerra Contra el Imperialismo”.
“Estábamos viviendo la historia, no escribiéndola”, dice HGO desde los mundos que supo construir con el eje en esos héroes colectivos que hablaban de pueblo. En esta edición, la tercera y última entrega sobre “Latinoamérica y el imperialismo. 450 años de guerra”.
La
investigadora María Villalba traza una pintura crítica de esos héroes,
la hemos venido ofreciendo, día a día desde https://www.metropolitana935fm.com.ar/.
Primero fue El Eternauta, luego "el
Che" y por último, hoy domingo, publicamos “Latinoamérica
y el imperialismo. 450 años de guerra”.
La región contra el Imperio
La tercera
de las historietas que queremos rescatar en este recordatorio es “Latinoamérica
y el imperialismo. 450 años de guerra”, ilustrada por Leopoldo Durañona.
Fue
publicada en el semanario El
Descamisado a partir del 22 de mayo de 1973 hasta su clausura por
decreto en abril de 1974, cuando quedó trunco el desarrollo del recorrido que
planeó Oesterheld a través de diferentes capítulos que reflejasen acciones del
colonialismo y el imperialismo en nuestra patria y expresiones de resistencia
nacional y popular.
La revista
también expresaba las opiniones de la Tendencia Peronista Revolucionaria que
respondía a la organización Montoneros. Tenía una tirada promedio superior a
los 100.000 ejemplares en sus 47 números, una cifra extraordinaria para una
publicación de esas características. La censura obligó al cambio de nombre en
dos oportunidades: El Peronista Lucha por la Liberación en la primera
instancia y La Causa Peronista luego. El golpe del 24 de marzo de 1976
se produjo cuando estaba por aparecer el primer número de una nueva sucesora.
Oesterheld
inicia la serie con el compromiso de relatar “cómo nos robó el imperialismo en
América Latina”. Desarrolla sus efectos e instala hechos históricos específicos
de la Cuenca del Río de La Plata y explica que “La historia del imperialismo es la historia del continente
latinoamericano –la Patria Grande– y la historia de nuestra patria. Son 450
años de guerra. Sí, de guerra. Porque los pueblos avasallados por el invasor
nunca se rindieron. Pusieron el pecho. Pelearon. Dieron la vida infinidad de
veces en su combate por ser libres. El imperialismo nunca fue una simple frase
de denuncia de los pueblos. Tienen nombres y apellidos. Tienen balas y sangre
en su negra historia” (p. 5).
El trabajo
se traza un plan para hilvanar el recorrido histórico, que no llega a culminar
por la clausura que hacen del semanario. Contrapuntea hechos históricos del
pasado con sucesos de aquel presente. Empieza con la “conquista” de América por
parte del Imperio español y, en simultáneo, denuncia el golpe contra el
presidente socialista de Chile, Salvador Allende, en 1973; la dictadura de
Pinochet, instalada con apoyo de la CIA estadounidense, durará 16 años.
Por otra parte, la obra pone en cuestión el concepto
de “subdesarrollo”
de los países latinoamericanos, que expresa una idea signada por la idea de
“evolucionar” hacia el modelo de países que, en realidad, son de una economía
que domina a las de las “periferias” y termina condicionándolas hasta impedir
sus independencias y, en lugar de “desarrollados”, los convierten en
“dependientes”. Pone en cuestión ese concepto de “desarrollo” que las potencias
logran gracias a la expoliación de los países del Tercer Mundo.
Con claridad, Oesterheld prefiere hablar de “países robados” en lugar de “países subdesarrollados”.
H.G.Oesterheld y Leopoldo Durañona: CAP l de “450 años de Guerra Contra el Imperialismo”.
La categoría
del subdesarrollo, como otros conceptos usados para la interpretación de las
realidades latinoamericanas, es eurocéntrica o, más bien, con una visión propia
del “Norte”. Pretende hacer recaer la responsabilidad del subdesarrollo en la
propia Latinoamérica y, de ese modo, encubre la expoliación de las riquezas y
los recursos de nuestras tierras por parte de los países llamados “centrales”.
Este es el concepto de imperialismo que el historietista va a
desarrollar.
Oesterheld
denuncia al Imperio español por el robo del oro y la plata, por las condiciones
inhumanas que impuso en las minas de estos minerales, en las que los indios
llegaban a preferir la muerte antes que ir a trabajar en condiciones
criminales. Además, el imperialismo implicó guerras de dominación que vaciaron
al continente de hombres y mujeres: cuando España llegó a América había 90
millones de indios, dos siglos después quedaban solo 3 millones… Casi 90
millones de muertos más que en las dos guerras mundiales (págs.7 y 8).
Cuando en Europa comenzaba el
“Renacimiento”, en los territorios que sus invasores llamarían “América”
ya existían Imperios que las investigaciones más recientes calculan en más de
60 millones de habitantes, que hablaban cerca de 1.200 idiomas distintos; otras
versiones elevan el registro en unos 90 millones de personas.
Aquel
colonialismo cambió el rumbo de la historia de la región a partir de 1492, con
el desembarco europeo en la isla de La Española (hoy Haití y República
Dominicana) y en el continente algo más tarde. Aquellas expediciones
introdujeron en el continente americano enfermedades que arrasaron con la
población nativa y debilitaron la agricultura de tal manera que, incluso,
enfriaron el clima planetario. Trajeron epidemias tales como el sarampión, la
viruela, la gripe, la peste bubónica, con consecuencias devastadoras para
las poblaciones originarias.
Junto a ese
flagelo los invasores desarrollaron guerras de dominación que contribuyeron a
“vaciar” el continente de hombres y mujeres. Como los indios “se acababan”,
trajeron mano de obra esclava de África para trabajar en los campos (págs.7 y
8).
Los nuevos
estudios arrojan una cifra espeluznante: a comienzos del siglo XVII el número
de fallecidos alcanzó los 56 millones, es decir, el 90% de la población
precolombina y alrededor del 10% de la población mundial de la época: esto
convierte al etnocidio directo e indirecto de los pueblos del continente en el
segundo evento más mortífero de la historia de la humanidad en relación con la
población mundial, tan solo superado por la llamada “Segunda Guerra Mundial” que
elevó la suma a unos 80 millones de muertos.
A esos
atropellos, se ofrecen resistencias. Oesterheld dice que América, “Nuestra
América” al decir de José Martí y Francisco Miranda, es rebeldía, victoria,
lucha, y destaca en un capítulo específico la rebelión de Tupac Amaru contra la
dominación española, contra los abusos de los impuestos a los indios, contra el
maltrato hacia las poblaciones nativas. Por encarnar esa lucha, Tupac Amaru fue
descuartizado. Estas luchas por la liberación en el pasado son relevantes para
el historietista, quien las presenta como un ejemplo para la liberación
nacional del presente. Es tan así que El Eternauta, una ficción, alude a las
resistencias de los pueblos originarios frente al conquistador.
Entre España e Inglaterra
Otro
concepto interesante que acuña, relevante dentro del pensamiento nacional, es
el de “semicolonia”. A juicio de Oesterheld, hasta 1810 cuando se produce la
Revolución de Mayo, la del Río de La Plata era una colonia declarada y, a
partir de esa fecha, pasó a ser una “colonia disimulada”; utiliza conceptos sin
ningún tipo de velos. Después, la dominación cambia de manos: de España a
Inglaterra. Desarrolla tres capítulos específicos de las Invasiones Inglesas de
1806 y 1807, en los que describe cómo el “pueblo en armas” resistió contra
tropas invasoras profesionales y mucho mejor pertrechadas. Es un tema que
también menciona en El Eternauta.
El autor de
esos “450 años de guerra” cuestiona el revisionismo que sostiene que el 25 de
mayo de 1810 se alcanzó una “patria independiente”; considera que en realidad
se cambió de amo, que constituyó un tránsito de colonia declarada de España a
ser una colonia disimulada de Inglaterra, la cual pasó a dominar la situación
no con sus generales sino a través de los comerciantes y el contrabando.
Escribe un
capítulo sobre la Revolución de Mayo en el que critica con dureza a Mariano
Moreno como jefe de la Primera Junta al considerarlo “agente inglés”. Esa
afirmación genera la reacción de Norberto Galasso, uno de los pensadores nacionales
más importantes de la izquierda nacional; a la redacción de El Descamisado
llega una carta suya en la que cuestiona la “injusticia” que se comete con el
redactor del Plan de Operaciones, una propuesta que, a su juicio, fue
“olvidado” a propósito por Bartolomé Mitre. El historiador remarca que “el
Plan” propiciaba la expropiación de las minas, las nacionalizaciones y
estatizaciones, las restricciones a las importaciones poniendo barreras
arancelarias, entre otras medidas acordes a un nacionalismo revolucionario (p.
33).
El semanario
“acepta” que con Mariano Moreno se les fue la mano, pero señala tres cuestiones
importantes: ante todo, que se trata de una historieta, un género literario que
puede permitirse algunos deslices; el segundo punto expresa que Moreno es
ensalzado tanto por liberales como por la izquierda reformista y, por último,
defiende su opinión acerca de que “mientras Moreno veía la realidad a través de
Europa, los contractualistas y Rousseau”, los orilleros no sabían nada ni de
las ideas europeas, ni de Rousseau y el Contrato Social.
La
discusión, fructífera, que se dio en ese entonces puede analizarse a través de
la explicación de Rodolfo Puiggrós en Historia de los Partidos Políticos
Argentinos, donde señala que la Revolución de Mayo no puede ser explicada
solamente por las ideas de la Revolución Francesa y los hechos de la Revolución
Industrial, sino que la estructura interna de nuestra región (como el
otorgamiento de derechos a los pueblos originarios) habilitó que los ideales de
libertad, igualdad y fraternidad coincidieran con los ideales de los
revolucionarios de Mayo. De este modo, Puiggrós hace una defensa de Mariano
Moreno y de sus ideas contractualistas y sintetiza visiones divergentes.
H.G.Oesterheld Y Leopoldo Durañona: CAP Vll de “450 años de Guerra Contra el Imperialismo”.
De Rivadavia a Artigas y Rosas
Oesterheld
también dedica capítulos a Bernardino Rivadavia, primer Intendente del puerto
considerado por la historiografía mitrista como “primer Presidente”. Sostiene
que es el verdadero agente nativo de los ingleses, una afirmación con la que
coinciden los pensadores nacionales.
Con un
diálogo sencillo y didáctico, el guionista expresa los daños que causa el
imperialismo inglés y los efectos negativos que produce en nuestra región y en
nuestros pueblos:
- ¿Qué pasa madre? ¿Por qué no
teje? ¡No me dirá que se cansó!
- No, hijito… ¡Es que no tenemos
más pedidos! Buenos Aires no compra ya más nada… ¡No sé de qué vamos a
vivir! (p.39).
Es una
pincelada dramática de la forma en que las mercancías provenientes de Londres,
a bajo costo, destruían la producción de las industrias locales y hambreaba a
quienes las elaboraban.
Rivadavia
fue el primer negociador de una “deuda externa”2 a través del
empréstito con la Casa Baring Brothers de Londres, una operación impuesta como
requisito explícito y formal para que el Reino Unido de Gran Bretaña
reconociese la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ese
endeudamiento implicó una subordinación a ultranza. También fue el padre de la
Ley de Enfiteusis que, en la práctica, implicó la entrega de tierras públicas a
sus partidarios dando nacimiento a las oligarquías portuarias.
Otra figura,
de signo antagónico, que destaca Oesterheld a través de distintos capítulos de
su historieta es José Gervasio Artigas, uno de los padres de la Patria
Grande, la Gran Nación Americana y de la reforma agraria, impulsor del reparto
de tierras públicas expropiadas a los españoles y a los “malos americanos” para
entregárselas gratuitamente a los negros, a los zambos, a los indios, a los
criollos pobres de manera que los infelices fueran los más favorecidos (p.
52).
El líder
federal de la Banda Oriental, considerado “padre de los pobres”, defendió un
programa de contenido revolucionario que incluía la declaración inmediata de la
independencia, sanción de una constitución republicana, libertad civil y
religiosa, igualdad de todos los ciudadanos, gobierno central con férreo
respeto por las autonomías provinciales y el establecimiento de una capital que
estuviese fuera de los intereses portuarios de Buenos Aires.
Juan Manuel
de Rosas, ninguneado y menospreciado por la historia oficial, también logró
instalarse en el relato de la historia de “Latinoamérica y el Imperialismo”.
Aparece la “ley de Aduanas” de 1835 que castiga con impuestos a las mercaderías
que llegan desde Inglaterra, gracias a la cual se defienden las industrias y
las artesanías de las provincias. Con entusiasmo y espíritu crítico expresa que
“¡Recién a los 25 años de la Independencia y gracias a Rosas, Buenos Aires se
acuerda de los trece ranchos, las provincias! Gracias a esta ley vuelven a
trabajar a lo largo y a lo ancho del país, los telares, los trapiches, las
talabarterías, los astilleros…” (p. 75).
La figura de
Rosas será complejizada al interior del pensamiento nacional y latinoamericano;
sin embargo hay consenso acerca de la resistencia que hizo el Restaurador con
el pueblo rioplatense en torno al bloqueo imperialista anglofrancés.
Manuel Dorrego, Martín Miguel de Güemes y Facundo Quiroga son otras de las figuras cuyas acciones “saben a pueblo”, y que se ganan un lugar en la obra.
El 8 de abril de 1974 el semanario El Descamisado es clausurado por
el decreto 1100/74 sancionado por el ministro del Interior Benito Llambí, argumentando
que la revista “promovía un caos conceptual e ideológico mediante la
deformación de la realidad y la destrucción de las instituciones políticas y
sociales”. Quedaría entonces trunca la idea original de Oesterheld de cubrir
450 años de historia hasta llegar al siglo XX.
A modo de cierre: los y las Oesterheld, el héroe colectivo por el que militaron
Después de
ser censuradas sus ideas, como las de tantas y tantos otros, vendrán su
detención, su desaparición, como las de 30.000 compañeres. El contrapunto de
las historietas de Germán con los hechos históricos del pasado y del presente
obligan a denunciar el accionar de las dictaduras, argentina y
latinoamericanas, para impedir la liberación nacional y social de los países de
la región. La obra impresionante que desarrolló en formato de historieta
expresa el ideal de toda una generación decidida a cambiar una realidad injusta
y desigual por otra igualitaria, con independencia económica, soberanía
política y unidad continental. Su militancia montonera muestra además la
coherencia entre su pensamiento y su práctica concreta en esos intentos de
transformación.
Las
detenciones y desapariciones del historietista, sus cuatro hijas, tres yernos y
dos posibles nietos nacidos en cautiverio, expresan de modo irrefutable la
práctica genocida por parte del terrorismo de Estado en la Argentina, que
diezmó a toda una familia como hecho ejemplificador. Unas de sus biógrafas,
Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami, lo explican con claridad: no se trató de
aniquilar a Oesterheld sino a “las” y “los” Oesterheld en plural, a ese héroe
colectivo por el que militaron él, su familia y toda una generación.
“A veces la
historia de un país descarga toda su violencia contra toda una familia”; y,
también, contra toda una generación.
Bibliografía utilizada y consultada:
Baschetti,
Roberto (2007) Hombres y mujeres del peronismo revolucionario vol 2 La
memoria de los de abajo. De la Campana. La Plata.
Calloni,
Stella (2007) Los años del lobo. Operación Cóndor. Kissinger, Pinochet,
Stroessner, Banzer, Suárez Mason, Massera. Buenos Aires. Editorial
Continente.
Da Silva
Catela, Ludmila (2001) No habrá más flores en la tumba del pasado. La
experiencia de la reconstrucción del mundo de los desaparecidos. Ediciones
Al Margen. La Plata.
Jaramillo,
Ana (Dir.). (2016). Atlas Histórico de América Latina y el Caribe. Aportes
para la descolonización pedagógica y cultural, Remedios de Escalada:
EDUNLA.
Nicolini,
Fernanda y Beltrami, Alicia (2016) Los Oesterheld. Editorial
Sudamericana. Buenos Aires.
Oesterheld,
Héctor Germán y Solano López, Francisco (2004) El Eternauta. Diario
Clarín. Buenos Aires.
Oesterheld,
Héctor Germán y Breccia & Breccia (2011) Che. Doedytores. Buenos
Aires.
Oesterheld,
Héctor German y Durañona, Leopoldo (1973, 1974, 2020) Latinoamérica y el
imperialismo. 450 años de guerra. Doedytores. Buenos Aires.
Puiggrós,
Rodolfo (1986) Historia crítica de los partidos políticos argentinos
Tomos I, II y III. Editorial Hyspamérica. Buenos Aires.
2 Se suponía que el préstamo Baring Brothers estaba destinado a realizar obras tales como el mejoramiento del puerto y la ampliación de la infraestructura sanitaria. Algunos afirman que en realidad endeudarnos fue el «precio de nuestra libertad» para que Inglaterra reconociera nuestra independencia: forma extraña de comenzar la historia de un país libre. En rigor, el empréstito fue de 1.000.000 de libras (moneda inglesa). Pero por comisiones a quienes fueron a negociar el préstamo (entre ellos Manuel García, amigo personal de Rivadavia), gastos, impuestos, etc. solo nos correspondía recibir 552.700 (casi la mitad). Para peor, este dinero… ¡tampoco llegó! Solo se tiene registro del ingreso de 160.678 libras. ¿Qué pasó con las 412.700 sobrantes? Un misterio más de nuestra historia. Finalmente, el préstamo se termina de pagar casi cien años después por un total de 5.000.000 de libras (4 VECES MÁS QUE EL MONTO QUE HABÍAN OTORGADO). Además de un hecho de corrupción, una verdadera estafa.
Fuente: http://vientosur.unla.edu.ar/index.php/hgo-la-practica-de-un-heroe-colectivo/