“Estábamos viviendo la historia, no escribiéndola”, dice HGO desde los mundos que supo construir con el eje en esos héroes colectivos que hablaban de pueblo.
La investigadora María Villalba traza una pintura crítica de esos héroes, las cuales iremos ofreciendo, día a día desde https://www.metropolitana935fm.com.ar/. Primero El Eternauta, luego el Che y por último, “Latinoamérica y el imperialismo. 450 años de guerra”.
Sobre H.G. Oesterheld
Héctor Germán Oesterheld es uno de los 30.000 detenidos-desaparecidos de la Argentina. Fue, y es, el mejor guionista del país. Gran autor de historietas que hoy pertenece al mundo, había decidido ser militante montonero. Es probable que en enero de 1978 se lo haya visto con vida por última vez, en un campo de concentración. Distintos testimonios lo ubican en Campo de Mayo como prisionero no legalizado; en algunos chupaderos como el bonaerense “Vesubio” de Camino de Cintura y Autopista Riccheri; en el “Sheraton” de la matancera “Villa Insuperable”, o en el Regimiento de Monte Chingolo, de La Tablada. Existen posibilidades de que lo hayan asesinado en Mercedes en 1978.
Germán, detenido y desaparecido, presunto
muerto, sin tumba… es un tajo sin sutura en la vida, como otras decenas de miles.
La
desaparición, después de la detención ilegal, constituyó un mecanismo perverso
utilizado a destajo por la última dictadura cívico militar que instaló a sus
víctimas -ante sus familias, amistades y compañeros y compañeras- en una
situación compleja, angustiante, en la que no estaban presentes ni vivas, ya
que no se los podía abrazar ni festejarles la vida; pero que tampoco estaban
muertas, sino “desaparecidas”, en el lugar de aquella o aquel que “no aparece”
y a quienes no se puede velar ni homenajear.
Elegimos
esta fecha para homenajear al autor del Eternauta, para poder alcanzarle flores
de palabras en su memoria y en la memoria de “los 30.000”1;
podríamos escoger cualquier otra que él haya convertido en mojón como la
publicación de su Eternauta, su Che o su “Guerra contra el Imperialismo”, entre
otras.
Ilustración realizada por Felix Saborido para la revista Feriado Nacional en octubre de 1983.
Oesterheld
nació el 23 de junio de 1919. Hijo de inmigrantes: Fernando, su padre, era
alemán, y su madre, Elvira Ana Puyol, era vasca. Estudió y se graduó en
Geología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de
Buenos Aires. Se casó con Elsa Sánchez y tuvo cuatro hijas: Estela, Diana,
Martina y Beatriz: todas ellas también fueron secuestradas y desaparecidas por
la última dictadura militar argentina. Dos de ellas al momento de su secuestro
estaban embarazadas y también fueron secuestrados, asesinados y desaparecidos
tres de sus yernos: Raúl Araldi, Alberto Oscar Seindus y “el Vasco”
Mórtola.
Elsa, su
esposa, cuenta que le decían “Sócrates” por todo lo que sabía.
Se dedicó a
escribir historietas. La más conocida y mejor lograda fue El Eternauta, cuya
primera versión fue escrita en el año 1957 y la segunda en 1969. La historia se
desarrolla a partir de una nevada mortal seguida de una invasión extraterrestre
que obliga a los habitantes a aislarse y autoabastecerse, casi como durante la
cuarentena antiCovid. A medida que avanza el relato se desarrolla la
“resistencia”, se agrupan y organizan las personas y surge el “héroe colectivo”
por encima del individualismo y el inmovilismo que propone la ideología
capitalista.
En su
juventud Oesterheld simpatizó con el Partido Comunista hasta que comprendió que
el mismo se aisló de los trabajadores y del pueblo y, “paradójicamente”, se
alió con sectores de la oligarquía, el imperialismo y la intelligentzia
liberal y positivista. A partir de esas decisiones de la dirigencia, se acercó
a los sectores más combativos del peronismo y se integró a la organización
político-militar Montoneros.
Dedicó el
año 1968 a crear una historieta sobre el Che Guevara y en 1973, en el diario Noticias,
conducido por Montoneros, publicó la tira “La guerra de los Antares”. En el
semanario El Descamisado, orientado por el mismo sector y dirigido por
Dardo Cabo, publicó “450 años de Guerra contra el Imperialismo” dibujada por
Leopoldo Durañona. También lo hizo en la revista Evita Montonera,
expresión partidaria del espacio.
El 27 de
abril de 1977 fue secuestrado y desaparecido por la dictadura cívico-militar
comandada por el general Jorge Rafael Videla, el almirante
Emilio Massera, el brigadier Orlando Agosti y por el jefe civil, José
Alfredo Martínez de Hoz. En homenaje a su memoria, uno de los edificios de la
Universidad Nacional de Lanús lleva su nombre; estas líneas, en esta fecha,
intentan llenar de contenido el recordatorio.
Tres historias y una concepción
Vamos a analizar las tres historietas más importantes que escribió Oesterheld y dibujaron Solano López (“El Eternauta”, primera versión), Enrique y Alberto Breccia (“Che”) y Leopoldo Durañona (“Latinoamérica y el Imperialismo. 450 años de guerra”).
La primera es la más relevante, alcanzó difusión mundial y trascendencia histórica. Trata de una invasión de extraterrestres, integrada por “cascarudos”, “gorbos”, “manos”, “hombres robots” y “Ellos”. Controlan la Tierra a partir de un arma mortal para la humanidad, como lo es la “nevada” que producen desde sus naves. El Eternauta y muchos otros hombres y mujeres se organizan para enfrentar la “ocupación”.
De ese modo, Oesterheld reflejó la realidad y se adelantó también a futuros hechos. Su creación recrea de alguna manera las invasiones imperialistas de los EE.UU. sobre América Latina.
Cabe señalar además que, en las décadas de los ’60 y ’70 del siglo XX, en la región se produce la Operación Cóndor, acción coordinada por Washington con los militares de América Latina para derrocar a las autoridades constitucionales e instalar regímenes dictatoriales que les respondiesen, y tratar también de eliminar a las personas de ideas revolucionarias, contrarias al imperialismo. La operación dejó un saldo de 400.000 muertos latinoamericanos y caribeños (Stella Calloni, 2007). Ellas y ellos querían terminar con las desigualdades e injusticias que se vivían en estos países, y cambiarlas por una forma más igualitaria y digna de sociedad. El propio escritor fue una de las víctimas de esas maniobras del terrorismo de Estado.
Sorprende la terminología y los elementos que utiliza y desarrolla, que son los mismos que caracterizaron el lenguaje de la época, más allá de las letras de molde: “compañeros”, “hermandad”, “solidaridad”, “guerra”, “sobrevivientes”… Solo faltó el término de “detenidos-desaparecidos”, una de las atrocidades cometidas por las dictaduras.
Pero la historieta incluso plantea distintas situaciones que merecen ser analizadas en este trabajo. Por ejemplo, las que hacen referencia a lo que después vivirían la familia Oesterheld y muchísimos militantes en la vida real. Ante todo, la contradicción que se le presenta al protagonista tras uno de los enfrentamientos entre extraterrestres y humanos, cuando se debate entre volver a su casa a reencontrarse con su mujer y su hija o continuar la lucha hasta el triunfo final. Ante esa disyuntiva, el historietista, de manera retórica, se pregunta: “¿Cómo volver así, diciéndoles que hemos sido vencidos, que no nos queda otra esperanza que tratar de vivir ocultos como alimañas?” (pág. 289).
El
interrogante en realidad señala que, a pesar de una derrota ante el enemigo
invasor, las alternativas estaban al alcance de la mano; que el mundo podía
realmente ser modificado por otro que mejorara la vida de los más humildes, que
la propiedad privada podía transformarse perfectamente en propiedad colectiva,
que los recursos, los bienes y las riquezas podían dejar de estar en manos de
trasnacionales para ser redistribuidos entre todas y todos.
Otra de las
situaciones de la ficción que refleja la realidad de la época es la que se
presenta cuando El Eternauta dialoga con uno de los “manos”, que le dice “Ya me
entenderás Juan Salvo… Así como hay entre los hombres, por sobre los
sentimientos de familia o de patria, un sentimiento de solidaridad hacia todos
los demás seres humanos, descubrirás que también existen entre todos los seres
inteligentes del universo, por más diferentes que sean, sentimientos de
solidaridad, un apego a todo lo que sea espíritu (…)” (p. 421).
Con ese
párrafo el autor remarca el valor de uno de los principios que reivindica, el
de la solidaridad: el mismo que fluía entre los militantes de la Resistencia
Peronista para hacerles frente a los militares que desde el año 1955 no dejaban
de proscribir y atacarlos. Una vez más la alusión al “héroe colectivo”.
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Bibliografía
utilizada y consultada:
Baschetti,
Roberto (2007) Hombres y mujeres del peronismo revolucionario vol 2 La
memoria de los de abajo. De la Campana. La Plata.
Calloni,
Stella (2007) Los años del lobo. Operación Cóndor. Kissinger, Pinochet,
Stroessner, Banzer, Suárez Mason, Massera. Buenos Aires. Editorial
Continente.
Da Silva
Catela, Ludmila (2001) No habrá más flores en la tumba del pasado. La
experiencia de la reconstrucción del mundo de los desaparecidos. Ediciones
Al Margen. La Plata.
Jaramillo,
Ana (Dir.). (2016). Atlas Histórico de América Latina y el Caribe. Aportes
para la descolonización pedagógica y cultural, Remedios de Escalada:
EDUNLA.
Nicolini,
Fernanda y Beltrami, Alicia (2016) Los Oesterheld. Editorial
Sudamericana. Buenos Aires.
Oesterheld,
Héctor Germán y Solano López, Francisco (2004) El Eternauta. Diario
Clarín. Buenos Aires.
Oesterheld,
Héctor Germán y Breccia & Breccia (2011) Che. Doedytores. Buenos
Aires.
Oesterheld,
Héctor German y Durañona, Leopoldo (1973, 1974, 2020) Latinoamérica y el
imperialismo. 450 años de guerra. Doedytores. Buenos Aires.
Puiggrós,
Rodolfo (1986) Historia crítica de los partidos políticos argentinos
Tomos I, II y III. Editorial Hyspamérica. Buenos Aires.
Fuente: http://vientosur.unla.edu.ar/index.php/hgo-la-practica-de-un-heroe-colectivo/
Este sábado publicamos la segunda parte "El Che"