Boric encabeza el conteo del balotaje. Foto: Archivo
Su adversario, el postulante de derecha José Antonio Kast, reunía 44,2 % de los sufragios, según reportó el Servicio Electoral (Servel) en su sitio web. Boric tiene 35 años.
La divulgación de esos resultados provocó un estruendo de felicidad en el comando de la campaña de Boric, en un hotel en el centro de Santiago, donde colaboradores y simpatizantes del candidato comenzaron a cantar “Se siente, se siente, Boric presidente”.
“Con el resultado de 30% del escrutinio tenemos tranquilidad”, reveló el
alcalde Gonzalo Durán. Hasta entonces, los dirigentes presentes se habían
mostrado ansiosos por el conteo.
Los chilenos votaron este domingo en un polarizado balotaje para elegir
presidente entre Boric y Kast, dos opciones diametralmente opuestas que
prometieron un cambio de raíz en el modelo social o una continuidad a las
políticas neoliberales.
La jornada estuvo caracterizada por las altas temperaturas en buena parte del
país y la polémica por la reducción del servicio de colectivos en Santiago, que
el gobierno desmintió inicialmente pero luego admitió, y por el que la
autoridad electoral protestó.
El ganador del balotaje sucederá al presidente conservador Sebastián Piñera al
frente de un país en efervescencia política y virtual refundación tras un
estallido social en 2019 que reclamó mayor igualdad y que logró su cometido de
empezar a elaborar una nueva Constitución que reemplace a la heredada de la
dictadura de Augusto Pinochet (1973-90).
“De ustedes depende que Chile cambie”, dijo el joven diputado Boric, de 35
años, en una exhortación a los votantes de todo el país luego de sufragar
en la ciudad de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, 2.200 kilómetros al
sur de Santiago, y tras un intenso mes de campaña de cara a esta segunda
vuelta.
“La voz está gastada, pero el corazón está lleno y la esperanza intacta”,
prosiguió el candidato de la alianza Apruebo Dignidad, y agregó que esperaba
terminar el día siendo “el presidente de todas y todos los chilenos”.
Casi al mismo tiempo, su adversario Kast, de 55 años y candidato del Partido
Republicano, votaba en una escuela de una localidad al sur de Santiago.
“Sería un gran honor dirigir el destino de la nación”, dijo Kast a periodistas
en las puertas del colegio de Paine, a unos 50 kilómetros de Santiago.
“Hay legítimas diferencias, pero tenemos que trabajar por el diálogo y el
reencuentro; eso se hace a través de la justicia y el orden”, agregó, en
relación con la alta polarización electoral, considerada la mayor desde la
vuelta a la democracia, en 1990.
Boric, que nació en la sureña región de Magallanes y que antes de ser diputado
fue un reconocido líder estudiantil, promete garantizar los derechos básicos
universales y de las minorías, la libertad sexual e igualdad de género, y
aumentar el rol del Estado en la economía y poner fin al sistema privado de
pensiones, una herencia de la dictadura.
En la otra vereda, Kast es un exdiputado y abogado que durante su campaña se
negó a calificar el gobierno de facto de Pinochet como una dictadura y se
declara partidario de las políticas del mandatario brasileño Jair Bolsonaro.
Entre sus promesas de campaña, que moderó para este balotaje para captar el
voto del centro, se destacan el orden y la seguridad y mantener el modelo
neoliberal pinochetista cuestionado en las calles por las protestas de 2018.
La diferencia fue de más de 11 puntos. foto: Diego Izquierdo
Kast prometió cavar una zanja en la frontera para detener a los inmigrantes,
oponerse al aborto y recortar impuestos.
Ambos candidatos moderaron sus discursos luego de la primera vuelta del 21 de
noviembre, en la que Kast salió primero con 27,9% de los votos y Boric fue
segundo con 25,8%.
En el último mes los dos postulantes sumaron a sus planes de gobierno
propuestas de los candidatos de centroizquierda y centroderecha para alcanzar el
necesario 50% más uno de los votos para convertirse en el sexto presidente
desde el retorno a la democracia.
Los resultados de estas elecciones eran inciertos, ya que las últimas encuestas
dieron triunfos tanto al candidato de izquierda como al de derecha, pero
siempre en estrecho margen, por lo que la mayoría de los expertos esperaba un
resultado muy ajustado.
Otra de las dudas era la cantidad de votantes, ya que el voto es voluntario en
Chile, e históricamente asiste alrededor de 50% del padrón.
Al término de la votación, la prensa local especulaba con la posibilidad de que
la concurrencia hubiera sido mayor que la de la primera vuelta del 21 de
noviembre, cuando votó poco más de 47% del padrón.
El ganador de la jornada sucederá el próximo 11 de marzo de 2022 a Piñera, que
fue el primero en emitir su voto en un colegio en Santiago.
“Es muy importante que todos participen; hoy se apaga la voz de los candidatos
y se escucha la voz de la gente”, dijo el mandatario.
Kast recibió el apoyo de algunos de los candidatos de derecha o centroderecha
que quedaron atrás en la primera vuelta, incluyendo el oficialista Sebastián
Sichel.
Boric, por su parte, recibió el respaldo de la expresidenta Michelle Bachelet,
quien actualmente es la más alta autoridad de la ONU en derechos humanos.
Bachelet votó en un barrio del noreste de Santiago y llamó al ganador del
balotaje a tener “tranquilidad y amor por la Patria” y “buscar el diálogo con
todos los sectores".
“Nadie puede ser indiferente, porque la elección tiene que ver con el futuro de
nuestro país”, agregó.
Estaban habilitadas para votar casi 15 millones de personas, que debieron
respetar un estricto protocolo sanitario por el coronavirus, que contempló
distanciamiento social y el uso de barbijo y alcohol gel dentro de los más de
2.800 centros de votación.
El futuro mandatario lidiará con un Congreso equilibrado entre fuerzas
políticas de derecha e izquierda, y entre sus desafíos deberá llamar a los
cuatro meses de su mandato a un plebiscito de salida para que los chilenos
aprueben o rechacen el nuevo texto constitucional que está escribiendo la
Convención Constitucional.
Fuente: telam