En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se está desarrollando en Glasgow, Escocia, hasta el 12 de noviembre, un grupo de especialistas de la Universidad Nacional de La Matanza analiza el presente de Argentina frente al calentamiento global y brinda consejos para aportar como ciudadanos en la vida cotidiana.
Agustina Lima (Agencia
CTyS-UNLaM) - Un aumento de la temperatura global con mayor incremento en
el Sector Polar Ártico, crecimiento sostenido del nivel del mar a partir del
descongelamiento de casquetes polares, largos períodos de sequías y catástrofes
naturales potenciadas son algunos de los escenarios que se están viviendo a
partir del cambio climático en todo el mundo.
En este sentido, un grupo de investigadores del Departamento de
Ingeniería e Innovaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional de La Matanza
(DIIT-UNLaM) estudia las diferentes herramientas y soluciones de que dispone
Argentina para reducir la huella de carbono y cumplir, así, con los objetivos
del Acuerdo de París, el tratado internacional más destacado sobre cambio
climático, del que es suscriptora.
Con principal hincapié en la transición hacia energías limpias, el grupo de especialistas lleva a cabo un proyecto sobre el potencial eólico del Río de la Plata, que linda con la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.
En la investigación, apuntan a contribuir al cambio de la matriz
energética hacia formas de generación limpias, en sintonía con las proclamadas
del Acuerdo de París para la mitigación del Cambio Climático. De esta forma, se
podrían reducir las fuentes termoeléctricas que consumen derivados del
petróleo, carbón y gas, las cuales emanan grandes cantidades de dióxido de
carbono y generan el efecto invernadero.
El director del estudio, el ingeniero Pablo Provenzano, comentó
a la Agencia
CTyS-UNLaM: “Entendemos a las costas del Río de la Plata como
un sitio propicio para que se desarrolle la energía eólica, ya que no solo es
el río más ancho del mundo, sino, también, es un canal abierto al mar, de casi
200 kilómetros de ancho en la desembocadura, por lo que los vientos marinos del
Atlántico ingresan prácticamente de forma libre al Río de la Plata”.
En la investigación, denominada “Estudio del potencial eólico en
el litoral fluvial de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires”, el
equipo de la Universidad Nacional de La Matanza busca aportar a la formulación
y aplicación de medidas efectivas y extendidas en el tiempo para mitigar el
efecto invernadero y obtener energía con cero emisiones de carbono.
“El análisis de un período de 10 años, con datos que nos proveyó
el Servicio Meteorológico Nacional, indica que, en la zona de Aeroparque, sobre
el margen del Río de La Plata, los vientos soplan, en un 20 por ciento de los
días, en siete metros sobre segundo y mayores. Para generar energía a pleno
debería marcar once metros/segundos, sin embargo, este nivel eólico con fines
energéticos es muy bueno y lo consideramos positivo, indicando en una primera
aproximación que el área del Rio de la Plata resultaría un escenario apto para
la explotación del viento como vector generador de energía eléctrica sin
emisión, mediante tecnología eólica”, explicó Provenzano.
Según los resultados del estudio, la posibilidad de explotación
eólica en estas zonas genera la ventaja del ahorro en el tendido de líneas de
transmisión eléctrica de alta y media tensión a través de la provisión de
energía eoloeléctrica y la optimización de recursos naturales.
Recursos locales
Desde el equipo, aseguraron que, si bien Argentina cuenta con
potencial en energías de tipo solar, mareomotriz e hidráulica, también es clave
regular las industrias y los modos de producción en el área agrícola y
ganadera, ya que son sectores que producen altos niveles de carbono.
Por su parte, la becaria Rosario Rodríguez, integrante del
proyecto, comentó: “Contamos en el país con grandes recursos para combatir el
cambio climático, como el aprovechamiento de la energía solar en el norte y los
parques eólicos en el sur. Lo que hay que mejorar son los diseños de
estrategias”.
“Reducir la deforestación es otro factor que permite no solo
reducir las emisiones de CO2, sino también bajar los puestos de mitigación.
Argentina suele tener una posición más conservadora respecto a políticas de
ambiente. Sin embargo, una buena regulación gubernamental en los próximos años
y ser parte del Acuerdo de París puede colaborar con una mejor visión al ojo
global”, agregó Rodríguez.
“Entre las consecuencias por el cambio climático, en Buenos
Aires si aumenta el nivel de temperatura global, se prevé que las aguas del
litoral marítimo asciendan unos centímetros, lo cual es suficiente para que se
genere una erosión a nivel de las costas y un impacto negativo en las
poblaciones aledañas al mar”, explicó Provenzano.
Asimismo, señaló que es necesario prestar atención al “caso de
India” como un ejemplo a seguir: “Es un país que ha sorprendido de manera
totalmente asombrosa, porque no contaba con tradición de energías limpias hasta
hace algunos años y, hoy, está posicionada en el cuarto lugar de mayores
generadores de energía eólica. Para hacer una comparación, India tiene la misma
potencia instalada solo con eólica que lo que tiene la Argentina prácticamente
con todas las formas de energía que produce”.
Generar hábitos y costumbres: desafío a futuro
“La difusión sobre el cambio climático tiene que llegar a la
gente. Yo creo que se está viendo un cambio de conciencia, pero debemos
acelerar este cambio. Es un desafío desde el punto de vista gubernamental,
empresarial, institucional, familiar, comunitario e individual”, resaltó
Provenzano.
Entre los consejos a nivel cotidiano, los expertos recomiendan:
apagar las luces cuando no se usan, no calefaccionar o acondicionar ambientes
donde no hay gente -o a la noche, cuando se duerme-, que el fuego de las
hornallas no desborde de la base de la olla o la pava, reciclar, compostar y
utilizar bicicletas o transporte público. “Son pequeñas acciones que, si somos
miles quienes adoptamos el hábito, podemos hacer mucho por el planeta”,
afirmaron desde el equipo de investigación.
Por último, apuntaron a la implementación y un seguimiento
adecuado de la Ley de Educación ambiental. Para Provenzano, “es fundamental el
tratamiento de estos temas desde las aulas” y aseveró que, desde la UNLaM se
dictan seminarios con perspectiva ambiental, para alumnos y la comunidad en
general.
“Somos conscientes que debemos, más allá de desarrollar los
temas propios de las asignaturas, también relacionarlos permanentemente con la
cuestión ambiental. Hay un creciente interés, hace poco estuvimos participando
en un espacio en Tecnópolis y es gratificante la experiencia y percibir el
compromiso de las nuevas generaciones”, concluyó.
Fuente: Fuente: Agencia CTyS-UNLaM