El ministro de
Economía expuso en un panel titulado "Cómo salir de la trampa
de la deuda eterna" del que participaron el exministro de Finanzas de
Grecia, Yanis Varoufakis, y el economista y exministro de Conocimiento y
Talento Humano del Ecuador, Andrés Arauz.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró este domingo que el crédito por US$ 45.000 millones que el gobierno conducido por Mauricio Macri selló con Fondo Monetario Internacional (FMI) es "el principal problema" que heredó la actual administración nacional y que "acabar con la dependencia del FMI es un acto de soberanía", motivo por el cual se está trabajando para llegar a un acuerdo de reestructuración en el cual el principio de soberanía económica sea "absolutamente innegociable".
Al respecto, recordó que el ex director por Estados Unidos en el FMI (Mauricio
Clave Carone) en aquel entonces reconoció públicamente que aquel programa fue un "apoyo
político" a su campaña electoral y que es "ahora el
pueblo argentinos el que lo está pagando".
"Nosotros estamos tratando de refinanciar esa deuda en cuotas, de modo que
que no impida el desarrollo de las oportunidades de nuestro pueblo",
apuntó esta tarde Guzmán sobre las negociaciones que se están llevando con el
organismo, en el marco de un panel titulado". Cómo salir de la trampa de
la deuda eterna" del que participaron el ex ministro de Finanzas de
Grecia, Yanis Varoufakis, y el economista y ex ministro de Conocimiento y
Talento Humano del Ecuador, Andrés Arauz.
"Acabar con la dependencia del FMI es
un acto de soberanía. Que esté el FMI en la Argentina es un
gran problema desde la construcción de la política económica desde la
soberanía. Por eso negociamos una solución de una forma que ese principio sea
absolutamente innegociable", señaló el mismito.
Durante su exposición, Guzmán recordó las dificultades que debió atravesar el
Gobierno actual para alcanzar un acuerdo de reestructuración de deuda con lo
acreedores privados en 2020, dado que "cuando
uno negocia con Wall Street está negociando con los acreedores más poderosos
del mundo".
"Hay un campo muy complicado donde lo que abunda es el lobby y se ve todo
el tiempo en al comunicación pública. Todo el mundo está empujando al acuerdo
rápido a cualquier valor, que busca asustar y que contribuye a que los acuerdos
no sean buenos", afirmó.
En ese sentido, dijo que gracias a
resistir las presiones se pudo alcanzar un acuerdo "sano" para el
país que le permitió ahorrar unos US$ 35.000 millones en el
plazo de 10 años, además de un recorte de capital de casi el 2%.
De cara a lo que se está negociando con el organismo internacional, Guzmán
aseveró que "el problema de la
balanza de pagos hoy es el FMI y lo trajo Macri" y que,
para saldar ese problema, "estamos buscando un acuerdo sobre nuestra
programación económica".
"Buscamos un acuerdo que a la larga sea sostenible. Ahora, es tan grande
la deuda que va a llevar distintos pasos poder ir resolviendo este
problema", destacó.
Y se preguntó: "¿Se puede patear
el tablero? ¿Decir la deuda se acabó, fuera el FMI? Hay que
entender que el rival también juega y estamos hablando de una relación entre un
Estado nación y el resto de los estados nación del mundo, de la integración de
la Argentina al mundo, que favorezca las oportunidades de desarrollo de nuestra
economía real"
"Un mal acuerdo, que socave las posibilidades del pueblo argentino y que
le generen un problema de credibilidad al Estado sería lo que le pasó al
gobierno de Juntos por el Cambio. Hubo tanto optimismo en 2016 en parte del
mundo que después, con el colapso del modelo económico, la decepción fue
proporcional al daño que le provocó al pueblo argentino", dijo Guzmán.
Sobre el cierre de su exposición, Guzmán recordó que "el Gobierno conduce
pero es importante que los distintos sectores del poder económico acepten la
premisa de nuestro gobierno de buscar un acuerdo que funcione, no cualquier
acuerdo".
"Esto sólo puede lograrse con un
proyecto que ponga al pueblo trabajador como protagonista. El
único espacio político que ofrece esto es el nuestro", concluyó.