Foto: Daniel Dabove.
La iniciativa busca advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos. Con 200 votos a favor, 22 negativos y 16 abstenciones la normativa fue convalidada por la Cámara baja.
La Cámara de Diputados convirtió esta noche en ley el
proyecto de etiquetado frontal de alimentos, ideado para advertir a los
consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos con
el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos
cardíacos.
El proyecto sumó 200 votos a favor; 22 en contra y 16 abstenciones, en tanto
que se registraron 18 diputados ausentes al momento de la votación.
La iniciativa comenzó a ser debatida pasadas las 16 y su análisis se agotó
pasadas las 23, tras la intervención de más de 70 diputados, que participaron
de la primera reunión presencial tras la metodología de trabajo mixto aplicado
durante los primeros meses de la pandemia de Covid.
Al abrir el tratamiento del proyecto, la presidenta de la comisión de
Legislación General, Cecilia Moreau (Frente de Todos), afirmó que "el
Estado argentino no va a mirar para otro lado" en un contexto de
"enfermedades crónicas no transmisibles" como la obesidad, la
hipertensión y los problemas cardíacos, que afectan a su población y que se
pueden prevenir a partir de la alimentación.
Por eso, marcó la importancia de destacar la información nutricional en las
etiquetas de los productos alimenticios, debido a que en la actualidad muchas
"son ilegibles".
En el plenario la
Cámara baja alcanza presencialidad plena. Foto: Daniel Dabove.
Su compañera de bloque, Liliana Schwindt, ponderó la ley
como un "hito para consumidores y usuarios", pero también "para
la producción alimentaria argentina".
"Esta ley es poner en lo más alto a los consumidores, que hace años
reclaman información clara, precisa y veraz", dijo.
Desde su condición de presidente de la comisión de Salud y con su pertenencia
al Frente de Todos, el tucumano Pablo Yedlin mostró sus diferencias parciales:
"El azúcar no es un veneno, es un producto natural. Muchos edulcorantes,
en cambio tendrán que explicar cuán saludables son. Vamos a acompañar el
proyecto proponiendo mejoras".
La también tucumana Beatriz Ávila (Frente de la Justicia Social) advirtió que
el etiquetado color "negro remite a la idea de muerte", y sostuvo:
"Esta ley de etiquetado frontal, tal como está, va a generar más pobreza y
mayor desempleo para la región. Creo que todos los diputados de la región
debemos unirnos y hacer una mejor ley, que no deje las economías
regionales".
Por el Frente de la Concordia Misionero, Flavia Morales dio otro punto de
vista: "A la provincia de Misiones hay cuestiones que le afectan con la
yerba y el té, pero vamos a acompañar la ley y esperamos que en la
reglamentación pueda arreglarse".
Desde otro espacio provincial, el médico Luis Di Giácomo, de Juntos Somos Río
Negro, remarcó: "Esta ley es más que bienvenida. Datos matan relato; según
trabajos científicos en Uruguay hubo modificaciones en las decisiones de compra
en base al rotulado y en Chile no hubo disminución del trabajo a partir de esta
medida como muchos dicen".
La diputada de Juntos por el Cambio Brenda Austin (UCR) celebró el tratamiento
de esta ley que "derriba mitos" y destacó que logró no "haber
caído en la grieta", sino que se ponderó la "defensa del derecho a la
salud".
Foto: Daniel Dabove.
"Esta ley es necesaria porque estamos frente a una gran epidemia: la del
sobrepeso", dijo, y agradeció a organizaciones de la sociedad civil que
"ayudaron a respaldar con evidencia, información y acciones que derribaron
mitos".
En cambio, la diputada del PRO Carmen Polledo planteó críticas a la iniciativa
al afirmar que se debe "pensar en un sistema de etiquetado integral y
completo" y dijo que por ese motivo se propuso en un dictamen "una
alternativa que cumpla con el propósito de modificar los hábitos
alimenticios".
El cierre del debate, estuvo a cargo de la kirchnerista Florencia Lampreabe,
quien destacó: "Esta ley es una herramienta de soberanía alimentaria. Detrás
de lo que consumimos, está también el modelo de producción que alentamos. Para
poder decidir primero hay que saber, una condición que hoy se encuentra
empañada porque las empresas no van de frente y ocultan información básica”.
La precedió en la palabra el radical Alejandro Cacace, quien argumentó:
"Hay un enorme aumento de la obesidad, una prevalencia del exceso de peso,
una clarísima y abundante evidencia que marca la relación entre el incremento
de los alimentos procesados y ultraprocesados con ese fenómeno de la obesidad y
exceso de peso y la relación que tiene con las enfermedades no transmisibles,
con la prevalencia de las enfermedades cardíacas, respiratorias, el cáncer y la
diabetes”.
En ese sentido, se preguntó: "¿Entonces qué estamos esperando para regular
esta problemática de salud?"
El tratamiento del proyecto comenzó con una demora de más de tres horas debido
a que varios legisladores, en su mayoría de Juntos por el Cambio, presentaron
pedidos de apartamiento del reglamento para incluir otros temas, aunque esas
peticiones en su totalidad fueron rechazadas y se mantuvo el temario acordado
entre los bloques políticos.
Por otra parte, el proyecto establece la
prohibición de emitir publicidad comercial -dirigida a niños, niñas y
adolescentes- de productos con sellos de advertencia.
Además, dispone que los productos que tengan más de un sello de advertencia no
podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni
elementos que llamen la atención de niños, niñas y adolescentes.
Por otra parte, determina que, ante iguales condiciones, el Estado deberá
priorizar la compra de alimentos sin estos sellos de advertencia.
El dictamen de mayoría prevé la incorporación en el frente de los envases de
los productos ultraprocesados una etiqueta con forma de octógono negro con letras
blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como
azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
Además, determina que los productos que contengan entre sus ingredientes
edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en
niñas y niños.
Fuente: Telam