El lenguaje de los argentinos está lleno de vocablos enraizados en las corrientes migratorias que experimentamos a lo largo de la historia, así como de la influencia cultural de los países aledaños.
El lenguaje oral que comparten los argentinos está poblado de vocablos
enraízados en las corrientes migratorias que experimentó el país a lo largo de
su historia, así como de la influencia cultural que ejercen hasta en la
actualidad las poblaciones de los países aledaños.
"Todo esto tiene un origen histórico relacionado con la llegada de
ciudadanos en su mayoría provenientes de Europa: individuos y familias enteras,
que trabajaban e interactuaban constantemente con otros habitantes,
contribuyeron a una mezcla lingüística entre los idiomas que usaban",
señaló David Marín, lingüista de Babbel, la aplicación para aprender idiomas,
quien seleccionó algunas de las palabras y expresiones más utilizadas.
Palabras más utilizadas según David Marín
Facha: transliteración en español del término italiano faccia (cara). Se usa mucho para hablar del aspecto de una persona. Por ejemplo, la expresión "qué facha" para referirse al buen aspecto de alguien. De ella deriva también el adjetivo "fachero", referido a personas que se preocupan por tener una buena apariencia.
Mufa: no tiene nada que ver con la palabra italiana muffa (moho) y su
significado está relacionado con la superstición. Se la usa para referirse a
personas que traen mala suerte y se usa el verbo "mufar", que
significa traer mala suerte.
Pibe o piba: del genovés "pivetto" y de la jerga italiana
"pivello" (novato). En la Argentina suele ser usado para decir
"chico" o "chica", así como la expresión "estás hecho
un pibe" significa llevar bien o no aparentar el paso de los años.
Caput: del alemán kaputt (roto), utilizada para referirse a algo o alguien que está terminado, fundido.
Cobani: de la palabra del histórico vocabulario de Germanía de España, abanico (guardia cárcel o agente de policía) transformada por efecto del "vesre", la inversión silábica tan habitual y popular en la Argentina. También de ese vocabulario encontramos, "fajar" en el sentido de golpear o pegar y "fulero" como algo feo.
Chamuyar (habilidad para persuadir): derivadas del caló
"hablar", lenguaje de los gitanos españoles. Otras expresiones
actualmente utilizadas de ese dialecto son "chorear" (robar) y
"luca" (mil pesos, que para los gitanos quería decir pesetas, antigua
moneda de España, reemplazada por el euro).
Bondi (colectivo): Según numerosos lingüistas expertos, es una
derivación de una palabra en portugués nacida en San Pablo a principios del
siglo XX. En ese entonces, los tranvías de la ciudad eran propiedad de
compañías inglesas y, por lo tanto, el precio de cada pasaje era precedido por
la palabra bond. Los brasileños empezaron a usar el término bond para el
tranvía y extendieron este uso a todo el transporte público. En portugués, a
muchas palabras que terminan con una consonante se les agrega el sonido
"i", en este caso es representada al agregar la letra "e"
al final de la palabra. Los inmigrantes italianos llevaron consigo la palabra
bonde a Montevideo y Buenos Aires, donde se la adoptó como bondi.
Groso: del portugués "grosso", surge en Brasil en la década de
1980. Utilizada actualmente como adjetivo y sinónimo de importante, grande.
Quilombo (lío, desorden): Africanismo, del quimbundo: aldea. Se
usaba en el Brasil del siglo XVII para darle nombre a las aldeas clandestinas
que armaban los esclavos fugitivos. La palaba quilombo pasó al Río de la Plata
primero con sentido de prostíbulo y luego como lío, desorden.
Tuje (buena suerte): del idish, idioma perteneciente a las
comunidades judías asquenazíes tanto del centro como del este europeo,
"tujes" (cola humana), de la que nace la expresión "ir para el
tujes", cuando a alguien le va mal o vive una experiencia desalentadora.
Fuente: Telam