Escribe Roberto Espana
Rodríguez Larreta lo hace de nuevo:
Nuevamente la inveterada costumbre
latinoamericana de sorprender estirando los límites del realismo mágico, fijó
domicilio en la Ciudad de Buenos Aires. El alcalde porteño, con sus cálculos
estratégicos apuntando a su ambición presidencialista en el 2023, viendo los
datos de la baja de la casuística de COVID 19, y el descenso de las
internaciones y de la mortalidad, creyó que había llegado el momento de dar
otro golpe de efecto para impactar en el escenario preelectoral; y que no había
mayores riesgos epidemiológicos, pues lo peor ya había pasado. Convencido de
haber descubierto el agujero del mate, decidió imponer unilateralmente el cese
de las restricciones y decretó el distanciamiento escolar, es decir, el fin de
las precauciones, anunciando el regreso de la presencialidad aúlica obligatoria
y el cómputo estricto de las ausencias. En la pseudoliberal y amarilla ciudad
autónoma, la libertad de decisión de los padres brilla por su ausencia. El Lord
mayor capitalino supuso que con ello se convertiría en un providencial
mensajero de buenas nuevas, el apóstol que revelaba el ansiado regreso de la antigua
normalidad, perdida por el gobierno nacional populista. El destino, que suele
contradecir la voluntad de los hombres, le notificó que no era así, que estaba
incurriendo en un error, y que en vez de ser un santo varón promotor de la paz
y el amor, es un provocador que fabrica conflictos grotescos e innecesarios. En
efecto, de inmediato, como si hubiera estado previsto en el guión de una serie,
el día siguiente de su decisión, las autoridades sanitarias de la provincia de
Córdoba confirmaron oficialmente lo que era un secreto a voces, la circulación
comunitaria de la variante Delta del coronavirus. La cruda realidad le desmontò
al jefe porteño su preciada fantasìa en menos de veinticuatro horas. Aún así,
Larreta sigue en sus trece, para salvar la ropa y con el objetivo de no dar su
brazo a torcer, su inefable secretaria educativa Sol Acuña está armando de
urgencia un estrafalario esquema de rigideces, exigencias y excepciones;
previendo dispensar solo a los chicos que presenten riesgos especiales o que
convivan con quienes si los acrediten. Luego, potencialmente puede llegar a
darse el insólito escenario de muchos exceptuados. Es claro a todas luces que
es un gesto para la tribuna -para su tribuna-; y la orden inflexible de “volver
a la normalidad”, se exalta como si se tratara de un preciado don. Descuentan
que, en caso de acaecer riesgo de rebrote, el blindaje mediático les permitirá
lavarse las manos y atribuirle la culpa a la administración de Alberto
Fernàndez. Festeja alborozada la inicua iniciativa la fracción más dura de la
derecha vernácula y el gorilismo concentrado. Carentes del menor atisbo de
solidaridad y empatía social (valores desconocidos para ellos, salvo los
correspondientes a su identidad de clase), celebran cualquier iniciativa que en
su desvarìo les parezca útil para intentar golpear o complicarle la vida al
gobierno peronista. Que eso conlleve riesgo de enfermedad y muerte para
numerosas personas, incluyendo insólitamente algunos de ellos mismos, es algo
que los tiene absolutamente sin cuidado. En última instancia, es lógico, ya que
combinan malamente ignorancia, odio y desprecio por los demás, participan, en
fin, del pensamiento increíble de Mauricio Macri “…que se mueran todos los que
se tengan que morir…”. La consecuencia de todo esto, es, en primer lugar, un
nuevo contrapunto en ciernes entre el gobierno nacional y el de CABA, y en
segundo término, la preparación anticipada de una bomba infectológica que en
caso de estallar, abrumará a la ciudad y al conurbano bonaerense con una
tercera ola de COVID 19. Sin dudas, una conducta deplorable, que incumple de
manera flagrante las obligaciones de cuidado. El único saldo positivo de esta
deleznable medida, es que, al trasuntar el apego de Rodríguez Larreta a la
ruleta de la racionalidad estratégica, en espejo exhibe su absoluto desprecio
por los principios bioéticos, con lo que queda expuesto en su flanco más débil
e insanable: la hipocresía de su discurso y el cinismo de la dualidad moral que
profesa.
La variante delta llegó para quedarse:
La imperdonable inconducta de unos pocos irresponsables habitantes de Còrdoba, que proveniendo del exterior y habiendo firmado su compromiso a respetar estrictamente la cuarentena en su domicilio, lo primero que hicieron al dìa siguiente fuè incumplirla e interactuar con familiares y clientes (nueva comprobación empìrica que las promesas y los pactos se celebran para no ser respetados), determinò que se anticipara la circulación comunitaria de la variante del coronavirus oriunda de la India. La justicia ya dispuso el procesamiento de 5 de estas personas. Ayer se supo que en particular, el viajero arribado desde Perú no se había vacunado, y se encuentra internado en muy grave estado. Esta penosa evolución, que no lo exonera de responsabilidad, ilustra muy a las claras los riesgos que supone incumplir las obligaciones de cuidado. Es de lamentar, porque unas pocas semanas màs, hubieran posibilitado tener a casi toda la población, incluyendo un 25% de los menores, inmunizada con al menos una dosis, y avanzar significativamente en la aplicación de la segunda. Como aùn estamos a cierta distancia de lograr el tan deseado “efecto rebaño”, nuestro país corre serio riesgo de padecer una tercer ola de cierta magnitud. Si eso ocurre, no va a ser de la misma intensidad que la anterior de un par de meses atrás, pero tampoco será un bucólico paseo por los bosques de Palermo, y sus números de víctimas se sumaràn a los ya acumulados hasta aquí. Va de suyo que, además de la carga de dolor y sufrimiento humano, habrá en ese caso, agudas tensiones políticas derivadas del inevitable escàndalo mediàtico que la derecha intentarà desatar. Dadas las características biológicas de la variante, y el “genio epidemiològico” que presenta, tan diferente de la original, y en función de la increíble velocidad de los contagios (unos pocos segundos bastan para contagiarse, por ejemplo compartir un viaje de un piso en ascensor), el rebote y ascenso de la casuística es inevitable. Sin embargo y paradojalmente, en funciòn de la significativa cifra de personas vacunadas, las curvas de hospitalización, la de internaciones en UTI y las de letalidad (muertes en función de la cantidad de casos), probablemente no serán paralelas a la de casos, siendo además esperable que resulten de menor rango que las registradas previamente. Y otro tanto puede afirmarse en relación con la mortalidad (muertes en función de la cantidad de población) esperada, aún verificándose la explosión de contagios por variante delta, la cifra total de fatalidades no debería ir mucho màs allá de la que aquí anticipamos (aprox. 130.000, quizá 140.000 óbitos); a condición claro está, que la campaña de vacunación continúe a todo ritmo. Pero esto no se debe tomar como una licencia para desentenderse, sino como una ventana de oportunidad para hacer las cosas como corresponde, eso significa, además de vacunar, extremar las medidas de precaución, evitando las reuniones y viajes que no sean imprescindibles, respetar el distanciamiento social (por supuesto NO DEBERÍA HABER PRESENCIALIDAD AÙLICA EDUCATIVA IRRESTRICTA, esto es crucial) y mantener las medidas de bioseguridad como el barbijo, el lavado frecuente de manos, el alcohol en gel etc. etc. etc. Nunca hay que olvidar que los buenos pronòsticos deben verificarse luego en la pràctica. Por supuesto, esta obligación compromete también y en primer término al oficialismo. En ese sentido, se deberán evitar errores como el “pogo” que se celebró en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires el día de la despedida como ministro de Daniel Gollán, que ya comenzó su actividad de campaña como candidato a diputado nacional. Nicolás Kreplak, su sucesor, ha logrado forjar una buena imagen, en virtud de los éxitos de la campaña de vacunación bonaerense, que lo cuenta como uno de sus principales factótums. Tiene además la potencialidad necesaria para convertirse en el referente del sanitarismo argentino de su generación. Claro que, para serlo, además de la necesaria eficacia social, afronta el desafío de garantizar la salvaguarda de la ejemplaridad; valor insoslayable cuando se milita en el campo nacional y popular.
La cuestión de la segunda dosis:
Indiscutiblemente, es un gran logro del gobierno la ya señalada buena marcha del programa de vacunación, que hoy presenta números sólidos: el 56% de la población argentina ya está inmunizada, al menos con una dosis, y el 16% ya completó su esquema. Se debe tener siempre presente que todas las vacunas son eficaces desde la primera dosis, ya que si bien no previenen siempre de la infección, si proveen excelente protección contra las formas graves de enfermedad. Las segundas dosis están indicadas para potenciar aún más esa eficacia y para prolongarla en el tiempo. Ello es así por la propia naturaleza de la respuesta inmune, prácticamente todas las vacunas que proveen la llamada inmunidad humoral (mediada por los linfocitos B, la mayoría de las vacunas) mediante el estímulo para la síntesis de anticuerpos neutralizantes, requieren varias dosis; al contrario de las que estimulan la denominada inmunidad celular (mediada por los linfocitos T), que requieren una, como la vacuna BCG contra la tuberculosis. Pues bien, se está incrementando un debate absurdo, también azuzado por la oposición de derecha, acerca de los incumplimientos de gobierno ruso por las demoras del Instituto Gamaleya de Moscú en la entrega de las segundas dosis. Debe recordarse que la Sputnik V es la única vacuna que tiene su segunda dosis diferente de la primera, de ahí su especificidad. Más allá que de no mediar imprevistos, esta cuestión estaría a punto de zanjarse por el reciente arribo de nuevos lotes del producto, y por la inminente entrega al ministerio de las primeras partidas de producción local por el laboratorio Richmond; resulta pertinente abordarla, para afrontar debidamente eventuales situaciones similares en el futuro. Al respecto, solo cabe señalar que si bien aún están en marcha proyectos de investigación específicos, toda la evidencia empírica disponible demuestra que LAS VACUNAS SON COMPATIBLES ENTRE SI. De su uso combinado hasta la fecha, no se han registrado hasta el momento reacciones adversas distintas de las de cada vacuna, ni en cantidad ni en calidad, y en relación a su eficacia inmunizante, en todos los casos es la misma o superior. Por ende, en caso de considerarse necesario o conveniente, va a ser perfectamente posible combinar vacunas con seguridad y con excelentes resultados. Y esto no es una cuestión exclusivamente argentina, son varios países que están considerando esta alternativa; de hecho el gobierno alemán acaba de disponer una tercera dosis combinada para su población de riesgo. En este mismo orden de ideas, solo cabe congratularse por el reciente anuncio gubernamental del acuerdo con los laboratorios productores de las vacunas con plataforma de ARN mensajero, Pfizer y Moderna; particularmente por la vacunación habilitada a los menores, así como de la recepción de las 3.000.000 de dosis de Moderna donadas por los EEUU, en una jugada del gobierno de Biden no exenta de connotaciones geopolíticas. Sin dudas, la campaña de vacunación le provee una buena perspectiva al oficialismo, de cara a las futuras elecciones.
Datos de la campaña de vacunación:
Al cierre de este informe y al corte de las
18 del día lunes 02/08/2021, del Monitor Público de Vacunación del Ministerio
de Salud de la Nación, y del Centro de datos de Coronavirus de la Universidad
John Hopkins, la última actualización arroja que:
- ·
Población Argentina:
45.000.000-
- ·
Población de riesgo
inicialmente considerada: 12.500.000-
- ·
Población de riesgo
ampliada: 15.000.000-
- ·
Población elegible para
vacunación (mayores de 18 años): 32.500.000- Esta variable queda desafectada,
al haberse autorizado la vacunación a menores de edad.
- ·
Dosis aplicadas globales
(Mundo): 4.146.057.456-
- ·
Dosis aplicadas totales en
Argentina: 32.608.114-
- ·
Proporción población
Argentina/Mundo: 0,6% (45.000.000/7.500.000.000 x 100)
- ·
Proporción dosis aplicadas
Argentina/Mundo: 0,786%
- ·
Dosis recibidas en Rep.
Argentina: 41.033.430-
- ·
Dosis distribuidas a las
provincias: 38.230.854-
- ·
Personas inmunizadas (con 1
o las 2 dosis): 25.306.243- (56,236% pob. arg.)
- ·
(conjunto de las personas
que recibieron la primer dosis y los que recibieron ambas dosis. Obviamente,
tanto unos como otros recibieron la primera, y de esos algunos, también la
segunda dosis)-
- ·
Personas que recibieron solo
la 1° dosis: 18.004.372- (40,009% pob. arg.)-
- ·
Personas que recibieron 1° y
2° dosis: 7.301.871-(16,226%)-
- ·
Dosis distribuidas
pendientes de aplicación: 5.622.740-
- ·
Dosis recibidas pendientes
de distribución: 2.802.576-
- ·
Dosis pendientes totales:
8.425.316-
- ·
Proporción de población
inmunizada sobre primer población objetivo: OBJETIVO CUMPLIDO
- ·
Proporción de población
completamente inmunizada sobre primer pob. obj. (las 2 dosis): 7.301.871/12.500.000
= 58,415%- (amp./15.000.000 = 48,679%)
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Proporción de población
inmunizada sobre población elegible: Esta variable queda desafectada, al
haberse autorizado la vacunación a menores de edad.
Fuente:
https://grupolacapitana.com.ar/temas-de-politica-sanitaria-8/