La institución científica publicó, por primera vez, un documento que reúne bibliografía científica que confirma el impacto del modelo de agronegocio en la salud de niños y niñas. “Las evidencias en sí mismas son contundentes”, afirma la investigación.
Por Nahuel Lag
Y, ante la falta de estadísticas oficiales y políticas sanitarias para los menores de edad, el trabajo de la SAP propone herramientas metodológicas para avanzar en relevamientos epidemiológicos.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) saldó una cuenta pendiente con las comunidades expuestas al modelo agropecuario intensivo dominante al publicar la guía Efecto de los Agrotóxicos en la Salud Infantil,.
El objetivo es concientizar a los trabajadores de la salud infantil y proveer información a la comunidad médica para abordar las enfermedades asociadas a los 520 millones de litros de herbicidas, insecticidas y fungicidas que se utilizan en el país por año, según datos privados.
El documento busca comenzar a revertir una deuda del Estado con la salud pública: la falta de estadísticas e informes epidemiológicos, que permitan cuantificar la dimensión del problema; y también un reconocimiento a la lucha de los vecinos de los pueblos fumigados que motorizaron medidas de resguardo en todo el país.
El documento, impulsado por la Comisión de
Salud Ambiental de la SAP, fue elaborado por un equipo multidisciplinario
integrado por médicos, investigadores y científicos integrantes de
organizaciones e instituciones de referencia en el estudio del impacto de los
agrotóxicos en la salud y el ambiente, como el Instituto de Salud Socio Ambiental de la Universidad de
Rosario (Inssa), la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, la Cátedra de
Embriología de la Facultad de Medicina de la UBA, el Grupo Gesta de la
Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y los hospitales Garrahan y
Posadas.
“Las evidencias en sí mismas son
contundentes y ameritan entrenarnos como profesionales de la salud en la
identificación de problemas sanitarios que puedan estar relacionados con
estos aspectos y colaborar con la erradicación o drástica disminución del uso
de estos tóxicos”, sentencian Ignacio Bocles —médico de la cátedra de
Embriología UBA— y Damián Markov —pediatra integrante del Comité de Salud
Ambiental de la SAP— en el capítulo sobre “Efecto de los agrotóxicos en el
desarrollo embrionario y en el sistema nervioso infantil”.
Los especialistas recuerdan que “los niños
presentan una vulnerabilidad particular a las exposiciones ambientales a
plaguicidas, en relación a su mayor superficie corporal, mayor exposición y
tasa de absorción por todas las vías, la presencia de succión no nutritiva y
por vía de lactancia materna” y subrayan que debido a lo restringido de su
dieta, “en los primeros cinco años, acumulará el 50 por ciento de la exposición
a plaguicidas, que recibirá en toda su vida”.
A lo largo de 12 capítulos, la guía hace un repaso de la bibliográfica sobre usos de agrotóxicos en el país, el perjuicio en la salud infantil de los productos mayormente utilizados en los campos de la Argentina como clorpirifos, atrazina, imidacloprid, 2-4D, Paraquat, carbofuran y glifosato. Precisa material científico publicado en libros y revistas especializadas, poniendo el énfasis en los años recientes.
El nutrido aporte de documentación científica
de cada capítulo pone en jaque el latiguillo de “debatir con base
científica”, que las cámaras agropecuarias, multinacionales de la agroindustria
y funcionarios públicos utilizan para desprestigiar las denuncias de las asambleas ciudadanas, movimientos campesinos y profesionales de la ciencia digna para intentan bloquear la discusión
sobre los impactos del modelo agrotóxico en la salud y el ambiente.
La coordinadora del documento, María Gracia
Caletti califica al efecto de los agrotóxicos en la salud infantil como “un
problema de salud pública que en la Argentina adquiere una dimensión muy grande,
y que no está siendo resuelto de una manera adecuada”. Entre la deficiencias que
impiden un correcto control sanitario del uso de los agrotóxicos, la
pediatra consultora del Garrahan enumera:
- Falta de leyes e incumplimiento de las existentes.
- Ausencia de personal de salud capacitado en el tema.
- Falta de concientización de la población.
- Falta de educación comunitaria.
- Ausencia de registros médicos adecuados.
- Ausencia de estadísticas.
Los especialistas plantean un contexto de laxitud
de la normativa argentina respecto de los agrotóxicos, situación que hace que
un total 107 agrotóxicos permitidos en la Argentina estén prohibidos en al
menos un país en otras partes del mundo, al tiempo que “no existe todavía
ninguna Ley Nacional que regule el uso de estos productos en todo el territorio
nacional”.
Los
efectos
Como síntesis de los trabajos citados
respecto del efecto de los agrotóxicos en la salud infantil, se pueden
enumerar:
- Efectos sobre el neurodesarrollo: déficits de atención, hiperactividad, trastornos de aprendizaje, autismo.
- Enfermedades neurodegenerativas: Alzheimer y Parkinson.
- Tumores sólidos de la infancia, por ejemplo, una elevada tasa de cáncer renal fue asociada con exposición paterna a pesticidas en la actividad agrícola.
- Cánceres hematológicos: Linfoma, Hodgkin’s y Leucemia
- Genotoxicidad, inmunotoxicidad y susceptibilidad genética
“Desde
hace décadas, las comunidades que se perciben afectadas y se
movilizan para mejorar su salud socioambiental nos exigen a los
profesionales de la salud en general y a los médicos en particular que nos
involucremos en la problemática. Nos solicitan que colaboremos con la
evaluación y el diagnóstico de aquello que perciben que les afecta y nos
afecta”, advierte la Sociedad Argentina de Pediatría.
Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/la-sociedad-argentina-de-pediatria-confirmo-el-dano-que-producen-los-agrotoxicos-en-los-ninos/