Por Eva Arroyo de H.I.J.O.S. Jujuy
Hace 45 años en Ledesma, durante la noche, la oscuridad se quiso robar la verdad, la verdad sobre el poder y los atropellos que el Ingenio Ledesma desplegaba sobre lxs lugareñxs. Un pueblo entero intentó ser silenciado con terror, había que disciplinar tal atrevimiento, y “limpiar el país de indeseables”, dijo Lemos, ex directivo de Ledesma SAAI.
Pero a pesar de lo pretendido, la verdad siguió saliendo a la luz, y durante décadas, las madres, lxs familiares de lxs que no volvieron y las víctimas sobrevivientes, peregrinaron por instituciones amigas y “enemigas” contando la verdad de lo que había pasado aquella noche y otros días también, luego, y con el tiempo, lxs hijxs seguimos el mismo camino.
El Poder Judicial, que hace más de 40 años es requerido ante crímenes atroces cometidos, a pesar de tener todos los elementos necesarios del caso, intentó despojarnos también de lo que ellxs llaman “la verdad real”, alejadxs de su responsabilidad y mandatos conferidos, nos negaron nuestros más elementales derechos, nos vedaron la justicia. Pero no contaron con el profundo amor que le profesamos a lxs nuestrxs, ese que ilumina nuestras vidas y guía y sostiene nuestras luchas.
Dicen que la justicia cuando llega tarde no es justicia, lo creemos firmemente, pero también creemos en esa herramienta del pueblo, "la condena social", que hace saber la verdad y que evidencia la complicidad de gran parte de un poderío judicial monárquico y corporativo, que funciona como lacayo de los intereses económicos de esos pocos que sacrificaron durante años la vida de miles con el fin de mantener su privilegio.
Abrazo de Susi Pagliero y Virginia Díaz, familiares de DD de Ledesma |
Fue alto el costo que pagaron lxs nuestrxs, y que pagan aún lxs víctimas sobrevivientes, madres y familiares, que valientemente se abrazan a la verdad y desafían con su testimonio, sin cedérsela ni un milímetro, a lxs amxs del ramal jujeño. Soportando de esa lacra constantemente, un discurso despectivo y engañoso que promueve el odio a la verdad, el odio de sus coterranexs hacia ellxs, instalando el terror pero esta vez sin armas. Pero aunque, Blaquier y su séquito, lxs de las juntadas en el Hotel Alvear, intenten tirar abajo la verdad y él desvaríe diciendo que somos un zurdaje envidioso de su tan alto intelecto y de su capacidad para hacer plata, y que no le perdonamos que sea un hombre de éxito, y chille como un puerco, primará la verdad.
El poder judicial, hace unos días, no solo confirmó que los ex directivos de la empresa Ledesma SAAI, Blaquier y Lemos, son responsables de los brutales crímenes cometidos durante la última dictadura, también tiró abajo la parodia de los jueces de la vocalía 4 de la Cámara de Casación penal, Juan Carlos Gemignani, Eduardo Riggi y Gustavo Hornos y la de los genocidas y sus abogados. Y reparando de algún modo, puso en evidencia que la verdad histórica y real es la que sostuvieron durante décadas; las victimas sobrevivientes, las madres, lxs hijxs, y lxs familiares, y que esa verdad viene aferrada a una “verdad primera”.
Y es que a lxs nuestrxs les costó la cárcel y/o la vida el indignarse y sublevarse ante las injusticias y atropellos perpetrados por esos embusteros inescrupulosos, esos delincuentes terroristas, sus verdugos, los que hoy no pudieron matar ni sus sueños ni la verdad.