Activo militante político desde joven, el peronismo lo consagró diputado nacional en el retorno de la democracia, luego senador, gobernador y senador nuevamente. En su faceta gremial fue Secretario General de gremio de Petroleros Privados y presidente de la Obra Social de los trabajadores petroleros. También fue presidente de Atlético Tucumán.
Mientras los dirigentes políticos tucumanos se preparaban para el retorno a la democracia y en plena discusión sobre los nombres que integrarían las listas, en el caso del Partido Justicialista de Tucumán, entre su dirigencia se tenía acordado la fórmula para gobernar y algunos dirigentes rememoran que desde Buenos Aires se insistía con respetar una banca para el gremialismo.
Hay quienes recuerdan con precisión que
Lorenzo Miguel, el legendario dirigente
de la UOM, abogó por Julio Miranda, cuya candidatura se terminó consensuando
con el otro también legendario sindicalista, Diego Ibáñez, de los petroleros estatales.
Es así como Julio Miranda llega, en l983, a
diputado nacional. Desde esos momentos y hasta estos días fue un inquieto
militante que supo ganarse el respeto de los peronistas tucumanos.
Entre los militancia de entonces, por
aquellos contactos políticos que lo bancaban le quedó el mote de "Pulpo".
Junto con esa dirigencia nacional se plegó a la campaña por Carlos Menem en esa
interna electoral que enfrentó al riojano con Antonio Cafiero.
Tras la decisión de la privatización de YPF, se produjo simultáneamente la fusión sindical
entre petroleros privados y petroleros estatales lo cual coloca a Miranda en la
conducción de aquella incipiente federación.
En el plano de la acción política partidaria,
fue uno de los promotores de la candidatura de Ramón Ortega en oposición a la
del genocida Bussi.
Las crónicas periodísticas de la época
relatan sobre una delegación de tucumanos que habían partido a Miami a
convencer a "Palito" para que acepte la candidatura a gobernador de
Tucumán. Se imponía en aquellos momentos las tesis de Menen que promovían la
idea de "popularidad" sinónimo de triunfo electoral cuyo resultado
fue el salto a la arena política del corredor de Formula 1, Carlos Reuteman y
el reconocido cantante tucumano, Palito Ortega.
Así es como luego de la intervención de Julio
César Araoz, en 1991, comienza una campaña de instalación de la figura de
Ortega de casi seis meses y tras el triunfo de Ramón “Palito” Ortega ante
Domingo Bussi, el banco de la senaduría, que finalmente ganaría Miranda, se decide en una reunión de Petroleros tucumanos, en su legendaria sede de la calle
Lamadrid al 900.
Ya en el Senado, Julio Miranda no abandonó su
actividad política partidaria y ocupa, con su participación, varios cargo
dentro de la conducción del PJ tucumano y nacional. Siempre orgánico supo
ganarse la simpatía de varios sectores.
Con el tiempo aquella alianza social, no
firmada, que había depositado a Ortega en Casa de Gobierno se desarticuló, hecho político que permitió la llegada de
Antonio Domingo Bussi a la gobernación, quien había logrado no sólo los votos
sino que había conseguido apoyo político desde el mismo seno del gobierno
menemista.
Con el genocida en el ejecutivo tucumano, comienza
a gestarse en el campo provincial del peronismo, una suerte de nueva lógica de unidad
con la presidencia en el PJ de don Amado Juri, quien fue el encargado de
reorganizar el partido para enrumbarlo en la oposición política que llegó
incluso a promover un juicio político a Bussi en relación a su patrimonio (la
famosa cuenta suiza) que lo afectó finalmente de tal manera que en el nuevo
turno electoral no pudo imponer a su hijo Ricardo como su sucesor.
A esas alturas --a nivel nacional-- se producía el arribo de la Alianza y Tucumán
se aprestaba a desarrollar esas elecciones las que dejan a la dupla Julio
Miranda-Sisto Terán, en la Casa de Gobierno.
En aquellos años, en el contexto de la
debacle económica de la Alianza, Tucumán se desenvolvía en medio de crisis económicas
con altos costos sociales. Por eso es que Miranda tuvo que hacer equilibrios
diarios para conseguir financiarse sobre todo porque desde hacía años circulaba,
como moneda mayoritaria, los famosos BOCADE, un recurso que se había iniciado
durante los primeros años de la gestión de Fernando Riera.
Durante aquellos días de diciembre que
terminaron con la renuncia de De la Rúa se sucedieron cinco presidentes en una
semana. En todas esas instancias de conseguir una salida, Julio Miranda se
movió con su reconocida intuición y se puso al lado de Eduardo Duhalde
que en los próximos días llegaría a la Casa Rosada.
Había acordado "El Pulpo" un retiro
ordenado de los bonos y la refinanciación de las deudas que tenía Tucumán y la
Nación, las que afectaban la coparticipación en alrededor del 70%. Buena parte
de esos recursos coparticipables eran retenidos por la Nación para el pago de
los haberes jubilatorios luego de la transferencia de las cajas en los 90.
Luego llegó la explosión de la crisis social
lo que obligó a Duhalde a mandar a su propia esposa, Chiche, quien encabezó un
operativo de asistencia social que duró casi hasta el final del mandato de
Miranda.
Fue el propio Duhalde quien promovió entre
los dirigentes tucumanos que se abrieran las listas para incorporar a los
extrapartidarios como José Alperovich para ser candidato a suceder a Miranda.
También en ese momento comenzaba la campaña
electoral nacional que dejó a Néstor Kirchner como Presidente. En esta
oportunidad también llegaría nuevamente al Senando Julio Miranda y José
Alperovich para gobernar Tucumán.
En reiteradas oportunidades, mientras se
desempeñaba como Senador, visitó la casa de gobierno. En el archivo de Tucumán
Hoy figura una nota del 7 de noviembre de 2007.
A la salida de la reunión, que abarcó algo
más de media hora, un estilizado Julio Miranda, aseguró que el tema principal
del encuentro giró en torno del proyecto auspiciado por Kirchner para
incorporar al bioetanol en la Ley de Biocombustibles, tal el compromiso asumido
con los representantes de la industria azucarera, días antes de las elecciones.
"Vine para trabajar sobre una ley que
envió el Poder Ejecutivo Nacional en la cual se autoriza a los ingenios
para la fabricación de biodiesel. Hay una ley general (la 26093) que norman la
producción de biocombustibles, pero específicamente se va a referir en el
proyecto enviado por el PE sobre la habilitación de los ingenios", detalló
el ex gobernador provincial.
Al terminar su mandato en el senado
permaneció en la conducción de Petroleros y sus últimas apariciones públicas
fueron para acompañar la candidatura a Intendente de la capital tucumana de
Germán Alfaro.
Padecía de una leucemia que en sus últimos días lo depositó en una silla de ruedas. Su cuerpo cansado a los 74 años lo abandonó ayer a la madrugada y por esas raras cabriolas del destino el mismo día pero de 1999 encabezaba un recordado triunfo electoral del peronismo sobre el hijo de Bussi.