Fue una de las fundadoras de la organización de Familiares de Presos y Desaparecidos de Tucumán, durante la dictadura y últimamente una de las referentes de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora de Tucumán. Su hija Luisa Ibañez, fue desaparecida hace 44 años, un 27 de mayo del 77.
Su deceso fue objeto de información y de
expresión de pesar, en las redes sociales y en las que se la rescató como una
"incansable luchadora por la Memoria, la Verdad y la Justicia" que
seguía buscando a su hija Luisa Ibañez, secuestrada a la salida de la Facultad
de Derechos de Tucumán, un 27 de mayo, hace 44 años.
"Te despedimos con mucho dolor querida
MADRE Vilma Rivero, tus HIJOS llevaremos siempre tu sonrisa y tu lucha
incansable como bandera! Hasta la victoria siempre compañera", expresó la
agrupación H.I.J.O.S. Tucumán.
Del mismo modo se manifestó su sobrina, la
periodista Mariana Romero, en desde su cuenta de Twitter, en la que escribió:
"Con profundo dolor les cuento que hoy murió mi tía Vilma Rivero, incansable
luchadora por Memoria, Verdad y Justicia".
Vilma tenía 91 años y había sido vacunada contra el
coronavirus el 23 de febrero pasado.
Vilma Rivero fue no solo una militante de las
causas vinculadas a los derechos humanos arrasados por la última dictadura
cívico militar, sino además fue una luchadora social, y como tal, estuvo por
muchísimo años, en una tarea paralela, al frente de un Comedor Comunitario, en
La Banda del Río Salí. Hace cuatro años, contó a la prensa su itinerario
cotidiano, en ese lugar: “Hace muchos años me levanto todos los días a las 6 de
la mañana, arranco con mis tareas en casa y después sigo acá. Me considero una
persona con mucha sensibilidad social que siempre se interesa por el bienestar
de la gente, y por esa razón me dedico a mi barrio hace tanto tiempo”. En ese
momento, Vilma tenía 88 años.
El año pasado, al cumplirse los 45 años del
golpe genocida, Vilma estuvo presente en la inauguración de la exposición que
se hizo por el Mes de la Memoria, en el Centro Cultural Virla, en la que se expusieron
fotografías de tres de las mujeres-madres que salieron a buscar a sus hijas y
que estaban con vida: Vilma Rivero, Marta de Gómez y Carmen de Mitrovich.
Esto es lo que escribió una joven abogada,
Julia Vitar, miembro de la Fundación Memorias e Identidades del Tucumán, tras
conocer el fallecimiento de Vilma, y que está circulando por la redes:
Hoy se nos fue Vilma Rivero.
Si bien mis recuerdos de ella se remontan a mi
incorporación a HIJOS, por el año 2002, ella me conocía desde chiquita.
Vilma es de esas mujeres hermosas, que tuve la suerte de
conocer: fuerte, luchadora, incansable, pero al mismo tiempo dulce y amorosa.
Siempre impecable, con sus rulitos peinados y su boquita pintada de rojo.
Siempre de la mano de Lalo, su compañero incansable, que
siempre estaba acompañandola.
A pesar de su pequeña estatura, siempre iba al
frente: en las marchas, en las
audiencias con jueces, fiscales y en todos los despachos cuyas puertas tuvo que
tocar en su extensa militancia, casi tan larga como su vida.
Era una feminista “salvaje” no escolarizada ni formada en
las huestes de la primera, la segunda ni la tercera ola del feminismo. Aprendió
en la militancia –social, política, y de derechos humanos- a defenderse y
luchar por sus derechos y por los de otros.
Justamente ayer, 27 de mayo, se cumplieron 44 años del
secuestro de su hija, Luisa Ibañez, militante del peronismo revolucionario y
estudiante de la facultad de derecho.
Desde el día de su secuestro, Vilma no dejó un solo día
de buscar justicia. Fue una de las portavoces de las denuncias contra el
“Tuerto” Albornoz, principal responsable del CCD Jefatura de Policía, donde
Luisa fue vista, y vecino de Vilma en la Banda del Río Salí.
Peronista desde sus entrañas, ni un solo día de su vida
dejó de militar, por la memoria la verdad y la justicia, pero sobre todo por la
justicia social. Desde hacía muchos años tenía un comedor en la Banda del Río
Salí, donde siempre vivió.
Vamos a extrañar tu sonrisa, tu calidez y tu lucha. Pero
vamos a seguir tu ejemplo.
Hasta la victoria siempre.
Foto: Oli Martínez