El discurso discriminador hacia las personas con sobrepeso creció durante la pandemia del Covid-19. El estigma de quien tiene kilos de más como una persona dejada o que no quiere estar saludable o que es perezosa, se intensificó a través de las redes sociales con burlas y énfasis en terminar la cuarentena con sobrepeso.
En las redes sociales- bajo el liderazgo de
influencers y médicos- y en los medios de comunicación -a través de periodismo
especializado- se ha comunicado
la obesidad como una enfermedad en crecimiento.
Sin embargo, el estigma de la enfermedad
sigue estando, y es la segunda causa de discriminación más importante en el país[1].
El rechazo y la discriminación hacia las
personas que sufren de sobrepeso y obesidad crecieron considerablemente durante
la pandemia. La llamada “gordofobia” se evidencia cada vez más, a través de las
redes sociales que profundizan las burlas y el modelo de figura único tanto
para hombres, como para mujeres.
La
obesidad es una enfermedad
Ahora bien, la obesidad y el sobrepeso no son
una cuestión de voluntad o falta de deseo de estar más sano o saludable. Se
trata de una enfermedad multifactorial, ya que quien la padece está afectado
por distintos factores como: genéticos, medio ambientales, conductuales,
hormonales y emocionales asociados o no asociados a la autoestima, entre otros.
"Es un paciente que viene durante muchos
años con fracasos de tratamientos. Tiene una ‘mochila’ y una autoflagelación que
lo hace pensar que es el responsable de tener esta enfermedad. A nadie se le
ocurriría culpar a una persona con diabetes de tener esa enfermedad. Se trata
una patología que es multifactorial, crónica y de muy difícil tratamiento…con
lo cual hablar de que el paciente es el responsable absoluto es un error enorme
y lo estigmatiza”, señaló el Dr. Pedro Martínez Duartez, presidente de SACO, (Sociedad
Argentina de Cirugía de la obesidad y enfermedades relacionada al exceso de
peso).
Al respecto, el doctor Martínez Duartez
agregó que en “muchos países ya han declarado la obesidad como una enfermedad,
pero en Argentina todavía no. La gente tiende a creer que con una dieta y
haciendo ejercicio el paciente que tiene obesidad va a bajar de peso, sin
embargo, no es tan sencillo”.
Es que si bien hay una relación con la comida
que no es sana, el paciente con obesidad tiene un metabolismo más lento en el
que si consume una cierta cantidad de calorías, que puede ser igual a la de una
persona delgada, sigue aumentando de peso.
Actualmente, en los medios de comunicación y redes
sociales hay campañas en las que se busca mostrar a la obesidad como una
enfermedad, pero, sin embargo, no parecen ser suficientes, ya que el discurso
“gordofóbico” se encuentra en aumento.
“Hay un estigma real acerca de la obesidad en
los colegios, en las empresas, en el área de salud, en los medios de comunicación
y en la sociedad en sí. Es un paradigma que tenemos que ir modificando y
luchando para hacer entender que la obesidad es una enfermedad que deteriora la
calidad de vida, la expectativa a largo plazo y que fomenta una muerte temprana”,
advirtió el Dr. Pedro Martinez Duartez.
Cirugía
bariátrica
“El paciente con obesidad tiene enferma la
voluntad, con lo cual es difícil que tome sus decisiones, de ahí la importancia
del acompañamiento familiar. Actualmente, la terapéutica más eficiente-
demostrada científicamente y con mejores resultados a largo plazo- es la
cirugía bariátrica. Solo el 1% de los que tienen la indicación están utilizándola
y eso quiere decir que hay algo que está fallando”, señaló el Dr. Pedro
Martínez Duartez.
Ahora bien, el doctor Martínez Duartez
enfatiza que “se estigmatiza a la cirugía bariática como una solución sencilla
y fácil para esta enfermedad, pero esto no es así. La cirugía es una herramienta, pero depende de
un equipo interdisciplinario para que esta sea exitosa. Esto implica hacer
cambios en la selección de los alimentos, adecuar la actividad física y eso va
a hacer que el paciente esté motivado porque con la cirugía va a bajar un 80%
de su exceso de peso, el cual tiene que mantenerlo a lo largo del tiempo”.
Las personas que viven con obesidad no
dependen solamente de realizar ejercicios y hacer una dieta, para tener un peso
saludable; requieren de todo un equipo terapéutico que incluya: nutricionistas,
psiquiatras, psicólogos, cirujanos, médicos clínicos y endocrinólogos, entre
otros; todos trabajando de forma interdisciplinaria para lograr el mejor
resultado, tras la cirugía bariátrica. Unido a ellos, el rol de la familia de
las personas que viven con esta enfermedad es vital, ya que debe apoyar el
tratamiento y la cirugía. En algunos casos, se evidencia que las propias
parejas o entorno son los que boicotean o descreen del procedimiento y del
tratamiento.
Al tratarse de una enfermedad crónica, el paciente
con obesidad va a tener que realizar su tratamiento de por vida.
“No se trata solo de bajar el peso con la
cirugía bariátrica, sino mantenerlo por lo menos al 50% por 5 años. Muchos
logran bajar este 50% pero no lo logran mantener: de los pacientes con una
obesidad mórbida solo el 5% tiene éxito a largo plazo. No es que se operan y no
vuelven más a consulta, al contario, tienen que ir cada 3 meses el primer año,
cada 6 meses el segundo año y después anualmente o dependiendo de cada caso
particular”, dijo el Dr. Pedro Martínez Duartez.
Fuente: BCW – Global - Argentina