¿Es sostenible la tesis de que las cooperativas son o podrían serlo en concreto la base y sustento de una nueva formación socio-económica histórica? No es ésta una idea original, sino una recreación de la original idea de los Probos Pioneros de Rochdale tomada por la Alianza Cooperativa Internacional-ACI-.
Artículo de José Yorg, el cooperario.
Ya volveremos más adelante sobre esa interrogación, pues consideramos pertinente dar un necesario marco de conceptualización sobre la cooperación en función socio-económica y filosófica.
Precisamente, el cooperativismo
es señalado por muchos pensadores, como perteneciente a la corriente filosófica
“Utópica” ,calificativo en sentido positivo de la subjetividad transformadora,
siendo el considerado “Padre del cooperativismo”, Robert Owen (1771-1858), su
referente más fuerte.
Reconocemos como disparador de
este modesto trabajo un aspecto del artículo “Socialismo utópico, la crítica de
C.Marx y F.Engels. Su vigencia en el siglo xxi”, de María Isabel
Ackerley, investigadora del CONICET -Centro de Investigaciones Científicas
y Tecnológicas-. Universidad de Buenos Aires (UBA). Facultad de Ciencias
Sociales. Argentina. https://kmarx.wordpress.com/2016/06/05/socialismo-utopico-la-critica-de-c-marx-y-f-engels-su-vigencia-en-el-siglo-xxi/
El párrafo en cuestión
expone: "intentando pensar a través de los movimientos surgidos a
partir de la crisis del 2001 en Argentina, las fábricas recuperadas
(Cooperativas)... lo que podemos pensar es que en Argentina fue un
movimiento espontáneo, no planificado por socialistas utópicos ni por
marxistas, fue la necesidad de la gente de trabajar para sobrevivir, por lo
tanto, ni unos ni otros alcanzan para dar respuesta".
Partimos, entonces, que este
párrafo nos lleva al meollo de la cuestión, en razón a que
apunta al corazón de la superación del capitalismo por el cooperativismo en el
plano empresarial, base material de las relaciones productivas.
El hecho de que los trabajadores
se apropiaran de las fábricas empujadas por el injusto cierre de manera
espontánea, y no realizaran un análisis certero de su ocurrencia histórica, no
implica en modo alguno que la ciencia social esté impedida de analizar, reflexionar
y explicar que la profunda causa debe buscarse en el agotamiento de las
empresas capitalistas que deben ser, de acuerdo a nuestro modesto
criterio, históricamente reemplazadas por empresas cooperativas. Es más,
el capitalismo caduco debe dar paso al cooperativismo como sistema superior.
(Aquí encontramos otra dificultad para concretar ese paso histórico)
Sin embargo, de esa crisis del capitalismo del año 2001 surgió el Movimiento de empresas recuperadas, cuya táctica superior fue y es tener presencia y representatividad ante los poderes del Estado en la búsqueda de soluciones a favor de la continuidad de la empresa.
En octubre de 2005 en la ciudad de Caracas-Venezuela, “Los
trabajadores y trabajadoras reunidos en la ciudad de Caracas, capital de la
República Bolivariana de Venezuela, en el marco de la celebración del I
Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas por los trabajadores
convocado por el Movimiento de Empresas Recuperadas de Argentina, el PIT-CNT de
Uruguay, Movimiento de Fábricas Ocupadas de Brasil y la Unión Nacional de
Trabajadores (UNT) de la República Bolivariana de Venezuela”, hecho
político-institucional que dio visibilidad mundial al Movimiento.
Las cooperativas actuantes con
sus dirigentes no tienen aún en sus cabezas o al menos no lo expresan
directamente, ni hacen referencias concretas en ese sentido,
esta realidad palpable, por tanto, no están orientadas las
cooperativas para que sean base y sustento material de una nueva relación
productiva transformadora.
Si el cooperativismo empresarista
y burocrático se desinteresa de los principios y valores que conllevan una
transformación del hombre para transformar la sociedad, podrá ser un
conglomerado de empresas de dividendos cooperativos, pero no será jamás un
movimiento cooperativo genuino encauzado a consumaciones más armónicas con las
necesidades de la humanidad proclamada por el propio Robert Owen.
“El viejo mundo se
muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”, afirmó
Antonio Gramsci.
Como sabemos por los escritos de
intelectuales que han legado a la humanidad, cada formación socio-económica
histórica tiene cierta temporalidad de vida útil y que en su propio seno surge
otra formación socio-económica que paulatinamente va resolviendo en los hechos
concretos lo que aquella retarda o neutraliza. El capitalismo emergió del
feudalismo. El cooperativismo surgió en las entrañas del capitalismo industrial
como reacción a las tremendas contradicciones sociales y humanas, flagelos
incapaces de solucionar el propio capitalismo.
En resumen, el
planteamiento Formación socio-económica cooperativa como
superador del capitalismo se sustenta en un Principio poco difundido: La
aspiración de conquista.
“La aspiración de
conquista: Queriendo, con sus métodos propios, servir a sus miembros y a
la colectividad entera, la cooperación tiende a conquistar y transformar la
organización económica y social del mundo”.
Paul Lambert-La Doctrina cooperativa.
“La ACI,
continuando con la obra de los Pineros de Rochdale, y según sus principios,
persigue, con toda independencia y por sus propios medios, la sustitución del
régimen de empresas privadas con fines de lucro por un régimen cooperativo
organizado en interés del conjunto de la comunidad y basado sobre la ayuda
mutua”. Paul Lambert-La Doctrina cooperativa.
“Es una
circunstancia muy particular que se haya aceptado una concepción tan errónea
del principio cooperativo y que ésta se haya mantenido por tanto tiempo. El
primer manifiesto de los famosos Pioneros de Rochdale, difundía una verdad algo
diferente y ubicaba al comienzo de su programa los ideales de la verdadera
cooperación. Los objetivos de los promotores de la idea cooperativa de esa
época eran mucho más amplios , destacaban la gran necesidad de construir,
lenta pero ininterrumpidamente , un mundo con una nueva moral y un mejor
sistema de sociedad”. G. D. C. Gohedart. El aspecto moral de
la cooperación” Revista de la Cooperación Internacional. Vn 28-N° 2- 1995
El cooperativismo ya no puede seguir desarrollándose de manera marginal ante un mundo sediento de alternativa socioeconómica basada en la equidad y la humanización de las relaciones de producción, todo ello potenciado por la pandemia.
Ahora, desde luego, no es
ésta una tarea sin dificultades; requiere partir de un amplio espíritu
generoso, realista, científico incluso y de servicio incondicional a los
valores y principios de la cooperación que claman otra orientación y dinámica.