El jefe del servicio de Otorrinolaringología del hospital Padilla, Enrique Zevallos López, se refirió a los efectos que tiene en la población el uso de pirotecnia característico de la época de fiestas de fin año, muchas veces imperceptibles en sus inicios, pero altamente nocivos para la salud.
El uso de la pirotecnia es una práctica
instalada en la sociedad desde hace ya muchos años, pero cada vez más se tiende
a la labor de generar conciencia en la población acerca del daño que ocasiona,
respecto a traumas acústicos agudos: "El oído tiene la capacidad de
defenderse de sonidos de hasta 70 decibeles, por arriba de ese nivel de
intensidad se provoca un daño irreversible, producto de la exposición a la onda
expansiva", explica el especialista.
El daño puede abarcar desde la ruptura de la
membrana timpánica, hasta una afectación severa de la cóclea: "Muchas
veces el paciente no se da cuenta de que está teniendo un trauma acústico, ya
que el 97 por ciento de los fonemas del lenguaje están en un rango de
frecuencia que no percibimos hasta que la pérdida auditiva progresa hacia una
hipoacusia", afirmó.
El acufeno es el ruido que se genera por un
trastorno de la célula ciliada en el oído que queda de manera residual. A veces
resulta imperceptible para quien lo padece, pero puede cobrar progresivamente
una intensidad que llega incluso a provocar alteraciones psico-emocionales en
los pacientes que lo padecen.
“Hay tres niveles de trauma acústico, el
primero es imperceptible para el paciente, en el segundo grado el paciente
comienza a percibir que tiene hipoacusia y seguramente acufeno y en el tercer
grado se puede llegar a producir sordera total a raíz de una dislocación del
aparato de transmisión y las células sensoriales del oído interno, producto de
una exposición crónica al ruido intenso. La onda expansiva de una explosión,
dependiendo de la cercanía de la persona, puede ocasionar la ruptura de la
membrana timpánica, lo cual requiere posteriormente de tratamiento quirúrgico,
si bien el daño provocado ya es irreversible”, detalló el referente.
El acufeno puede afectar a pacientes de
cualquier edad, de niños a adultos, por lo cual es fundamental prestar atención
a los acufenos de baja intensidad que pueden percibirse en ambientes de
silencio, ya que en el día los ruidos suelen estar amortiguados por el sonido
del medio ambiente: “En la consulta se indican exámenes físicos como
audiológicos para realizar una valoración. Lugares como fábricas, dónde se
generan ruidos de alta intensidad, son hace años auditados por empresas
aseguradoras que establecen como un requisito obligatorio a los empleados el
uso de protección auditiva esto es un precedente sobre la gravedad que
reviste”, dijo.
La prevención en estas fiestas está basada en
el no uso de pirotecnia, en alejarse lo máximo posible de puntos de explosión y
el uso de protectores auditivos o auriculares especialmente en el momento del
brindis, que es cuando suele concentrarse el uso de estos implementos.
En lo que respecta a cómo frenar este factor
de daño auditivo el especialista considera es necesario instar a las
autoridades a tomar medidas para que se prohíba el uso de pirotecnia como las
bombas de estruendo. "No solo alteran la salud auditiva, sino que afectan
a pacientes con otros determinados tipos de patologías y a los animales",
concluyó.