Las
abejas están desapareciendo
Por eso, el pasado 20 de Mayo, en el Día Mundial de las Abejas, la Sociedad Argentina de Apicultores junto a más de 200 organizaciones, colectivos y asambleas de América Latina y el Caribe en red, realizaron una acción colectiva solicitando a la Relatoría Especial de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se tomen medidas urgentes en defensa de las Abejas, de la Biodiversidad y de la Naturaleza.
Las organizaciones firmantes del documento, sostienen que las abejas "son esenciales y se encuentran entre los más importantes polinizadores responsables de asegurar la disponibilidad de alimentos en el mundo y garantizar la diversidad biológica permitiendo el equilibrio ambiental".
Asimismo advierten que la desaparición de las poblaciones de abejas "implica un impacto deletéreo en el resto de las especies del planeta y de la vida misma tal como la conocemos" y de allí, aseguran, la "necesidad de solicitar una recomendación para los países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA) para que analicen acciones orientadas a protegerlas".
En
el documento presentado se solicitan recomendaciones tendientes a: declarar
a las ABEJAS PATRIMONIO NATURAL por constituir:
- la “polinización” una
actividad esencial para garantizar la Preservación de la Diversidad Biológica,
y en consecuencia, el Derecho Humano a una Alimentación Adecuada;
- prohibir
la liberación al ambiente de agrotóxicos que causan la muerte de las
colmenas, como los insecticidas neonicotinoides y fipronil, así como los
herbicidas como el glifosato, entre otros;
- declarar a las abejas “Especie en
peligro de extinción”,
- promover acciones concretas para promover la
biodiversidad y proteger hábitats favorables para las abejas y demás
polinizadores;
- incorporar los derechos de la Madretierra, de la Pachamama, de
la Naturaleza;
- recomendar incluir en el Estudio de Impacto Ambiental /
Informe de Impacto Ambiental (EIA/RIMA) o normas legales equivalentes, los
inventarios y el rescate de invertebrados (por ejemplo, abejas) en grandes
obras como centrales hidroeléctricas, carreteras, entre otros.
El modelo es con las abejas incluidas
En
la región, el número y la diversidad de las abejas ha ido disminuyendo constantemente
año tras año debido a la hegemonía de un modelo de desarrollo basado en el uso
ilimitado de los recursos naturales y de un modelo agroindustrial que
privilegia el monocultivo transgénico que determina la pérdida de la
biodiversidad y el hábitat de las abejas y el uso intensivo de
agrotóxicos, entre los que se destacan los herbicidas e insecticidas
neonicotinoides y fiproniles, que reducen su alimento, deterioran su capacidad
de orientación y comunicación y finalmente las mata. Así, mueren aisladas, sin
alimento, ni conexión con su colonia.
El
75% de los alimentos depende de la polinización de las abejas. Por eso, si
las abejas desaparecieran, gran cantidad de productos esenciales para la vida
desaparecerían con ellas. Frutas, verduras, forraje para los animales, hierbas
medicinales y cultivos para usos industriales, como el algodón. Sin la
polinización realizada por la abeja y otros insectos polinizadores,
acabaría la biodiversidad del planeta. Es gracias a la biodiversidad que hay
tantos productos agrícolas diferentes, cada uno con su sabor, color y valores
nutricionales valiosos para nuestro bienestar y el de todos los seres vivos.