MENOS DEL 5% DE LOS ARGENTINOS CON
HEPATITIS C ACCEDE A LA CURA
ABV
La enorme mayoría va quedándose
en el camino por desconocimiento del diagnóstico (50%) o por no acceder a
recibir los tratamientos por una insólita priorización del estadio de la
enfermedad. La Asociación Buena Vida
lanzó la línea gratuita 0800 220-0288.
Un informe de situación, elaborado por el
Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación,
reveló que en Argentina sólo el 4,5% de las personas con el virus de la
hepatitis C (VHC) accede a los tratamientos modernos que curan la enfermedad.
El resto va quedándose en el camino, principalmente por desconocer que portan
el virus o por no dar con los criterios de priorización para el tratamiento en
el subsistema de seguridad social y privados, una vez sorteados los procesos
administrativos que eso representa.
Recientemente, un
informe reveló la existencia de una brecha dramática entre las personas que
portan el virus y las que lograrán curarse: “Es una situación que nos preocupa
y sobre la cual ya estamos trabajando para lograr avanzar hacia la erradicación
viral”, explicó el Dr. Ezequiel Mauro, médico hepatólogo,
Coordinador del Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud,
organismo que elaboró el mencionado documento.
Allí se describe, primero,
que -del total estimado de pacientes con VHC- la mitad desconoce el diagnóstico
y seguirá con su vida sin saber que tiene el virus. A ellos, es necesario
llegar a través de campañas de concientización y detección, iniciativas que se
han acentuado en los últimos años.
Segundo, entre quienes sí
fueron diagnosticados hay quienes quedan fuera del sistema de salud tras recibir el diagnóstico por dificultades
socioculturales, geográficas o porque deciden no volver a una nueva consulta médica.
Como es una enfermedad que durante muchos años no genera síntomas, no duele, el
paciente posterga u olvida su situación para no faltar al trabajo, no
desatender el hogar, los hijos, etcétera, aunque sabemos los riesgos que puede
representaren el largo plazo.
También en esta etapa se
quedan algunos pacientes que años atrás probaron con tratamientos a base de
interferón, que eran prolongados, con mucha toxicidad e impacto en la calidad
de vida y bajos niveles de éxito. Muchos ignoran que las drogas nuevas son
comprimidos orales sin efectos adversos significativos, que se administran por
8 ó 12 semanas y curan prácticamente todos los casos.
Tercero, el inicio del
tratamiento requiere algunos pasos previos confirmatorios que hacen que algunos
pacientes que encuentran obstáculos, se desanimen y se den por vencidos. Por un
lado, se debe confirmar el diagnóstico, algo que tiene sentido. Luego, se
realiza otro análisis para identificar qué genotipo específico (el subtipo) de
virus presentan para determinar qué clase de terapia indicar. Este paso hoy es
más simple, porque hay más de una medicación ‘pangenotípica’, efectivas para
cualquier genotipo. “Cuanto más lineal, directo y sencillo sea todo el proceso,
menos pacientes se quedarán en el camino”, sintetizó el Dr. Mauro.
Además, otro estudio
determina el estadio de la enfermedad lo que es útil, pero muchas veces -en los
estadios tempranos- se utiliza como variable para postergar o denegar el
tratamiento curativo.
Desde Asociación Buena
Vida, su presidente, Rubén Cantelmi remarcó que muchos
de los que llegan al dignóstico no acceden al tratamiento por cuestiones de
priorización en el subsistema de seguridad social y privados: “estas decisiones
atentan contra la costo-efectividad del tratamiento, porque claramente es más
conveniente en materia de salud y economía curar en estadios tempranos de la
enfermedad, antes de que el daño hepático requiera abordajes más complejos”.
A este respecto, el
Ministerio de Salud de la Nación recomienda tratar con las medicaciones
modernas (conocidas como antivirales de acción directa) a todos los pacientes
con hepatitis C, independientemente del estadio de su enfermedad. Así lo
establecen también las Guías de Diagnóstico y Tratamiento de Hepatitis C de la
Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, en línea
con los consensos internacionales.
Afortunadamente, con el
tiempo se han dado grandes avances respecto de las vías de contagio de
hepatitis C: en la actualidad, es práctica habitual la utilización de material
esterilizado en consultorios médicos, odontológicos, bancos de sangre, locales
de tatuajes, piercings y salones de belleza. Asimismo, hay más concientización
acerca de no compartir cepillos de dientes o afeitadoras. Todas estas son las
vías por las cuales todos pudimos haber estado expuestos al virus sin saberlo,
por eso es importante que toda persona mayor de 18 se testee al menos una vez
en la vida.
“Sin dudas, la detección
de nuevos casos es la piedra angular para controlar la enfermedad. Sin embargo,
a la luz de los datos recabados, es claro que debemos planificar un abordaje de
aquellos pacientes que, por diversas razones, saben que tienen el virus, pero
no se tratan. Esperamos dar con ellos y disponer las condiciones para
contenerlos, que puedan tratarse y curarse”, subrayó el Dr. Mauro.
Asociación Buena Vida y un 0800
La realidad demuestra que la enorme mayoría de
enfermos con hepatitis va quedándose en el camino por desconocimiento del
diagnóstico (50%) o por no acceder a recibir los tratamientos por una insólita
priorización del estadio de la enfermedad.
Y es paradójico que
esto suceda en una enfermedad muy prevalente, que se estima que podría afectar
a entre 220 mil y 440 mil argentinos, que es de fácil diagnóstico -a través de
un análisis de sangre sencillo- y para la que contamos en nuestro país con
medicamentos que pueden curar al 98% de los casos.
Con este
pensamiento, la Asociación Buena Vida, una institución sin
fines de lucro, que tiene por objetivo principal acompañar en su transitar a
pacientes con patologías hepáticas, y que viene recorriendo ese camino, desde
hace muchos años, lanzó la línea
gratuita 0800 220-0288, disponible de lunes a viernes de 10 a 18
para ubicar más pacientes y ayudarlos en su camino a la cura de la hepatitis.
El presidente de la ABV,
Rubén Cantelmi sostiene que “el recorrido del paciente con hepatitis C en
Argentina puede incluir múltiples obstáculos que complican su acceso a la
salud. Lo que diferencia a esta enfermedad crónica de otras, que tampoco dan
síntomas, es que ésta es de muy fácil diagnóstico (a través de un análisis de
sangre accesible) y, fundamentalmente, que se puede curar muy fácilmente tras 8
ó 12 semanas de tratamiento”.
En el marco de estas
realidades, la Asociación Buena Vida, está llamando a mejorar esta situación y
a movilizar a los pacientes diagnosticados que no están haciendo nada para
curarse. En ese plantero y para llegar a más pacientes y ayudarlos en su
tránsito por el sistema de salud hacia la cura, lanzaron la línea gratuita.
Para hallar más pacientes y ayudarlos en su camino hacia la cura, la Asociación
Buena Vida lanzó la línea gratuita 0800 220-0288, disponible de lunes a viernes
de 10 a 18.
“El recorrido del
paciente con hepatitis C en Argentina puede incluir múltiples obstáculos que
complican su acceso a la salud. Lo que diferencia a esta enfermedad crónica de
otras, que tampoco dan síntomas, es que ésta es de muy fácil diagnóstico (a
través de un análisis de sangre accesible) y, fundamentalmente, que se puede
curar muy fácilmente tras 8 ó 12 semanas de tratamiento”, refirió Cantelmi,.
“Desde Buena Vida,
seguiremos concientizando acerca de las hepatitis virales, realizando campañas
de detección y buscando a aquellos pacientes que saben que tienen la enfermedad
y que no están bajo tratamiento. Queda mucho trabajo por recorrer, pero cada
persona que logramos ayudar nos reconfirma que vamos por buen camino”, concluyó
el Sr. Cantelmi.