De acciones cíclicas:
Persecución política, social e ideológica y finalmente, despidos
De despidos, cesantías o desafecciones en el gobierno de Cambiemos |
Denuncia en la carta de un hombre que fuera despedido de la Secretaría deAgricultura Familiar de Tucumán, y quien propone una “ley reparatoria” paralos cesanteados y reincorporación. Está dirigida a los Fernández, presidentey vicepresidenta, respectivamente.
Este
es el texto:
San
Miguel de Tucumán, 1 de mayo del 2020
Estimados
Presidente Alberto Fernández y
Vice
Presidenta Cristina Fernández
S-------------------------/---------------------------D:
De
mi mayor consideración. Espero que al leer estas líneas se encuentren en plena
actividad y gozando de buena salud ustedes y las personas que aman.
Elegí
estas fechas; 30 de abril y 1 de mayo para redactarles el pedido de la reincorporación
a sus puestos de trabajo al personal despedido durante la gestión nefasta
del poder ejecutivo entre 2015 y 2019. Todos ellos causados y efectuados mediante
una campaña de persecución política, social e ideológica que efectuó el poder
ejecutivo en todas las órbitas del estado nacional; actuaciones hechas
con listados
precisos de personal a despedir, prácticas de agresiones y amenazas
diversas
y sistemáticas.
Mi
solicitud se completa también, aunque cuente con mayor tiempo de resolución,con
el pedido de pase a planta permanente de todos los trabajadores estatales con
el fin de evitar la precarización laboral y aumentar el respaldo legal para protección
a nuestros derechos.
Que esta solicitud involucra una ley de reparación
histórica que dé cuenta de los atropellos padecidos y deje abierta la
posibilidad de que el estado nacional reconozca que estos actos se efectuaron y
sean denunciados los ejecutores de tales actos.
Que
esta ley se llame Natalia Bruno ex delegada y militante gremial de la Asociación e Trabajadores del Estado (ATE) que fue despedida y una enfermedad se la
llevó antes de que asuma el nuevo gobierno. Esta ley dará justicia y reparo a
los miles de afectados llevará honor al nombre de nuestra compañera y será un
buen gesto dedicado a su familia y en ella a todas las trabajadoras y
trabajadores despedidos y cesanteados.
Particularmente
y por caso, Natalia Bruno trabajaba en la Secretaría de Agricultura Familiar
(SAF antes subsecretaría) en la órbita del Ministerio de Agroindustria.
En un recuento aproximado esta
división ministerial tiene 1200 despidos en el período 2016 a 2019. Mil
doscientas personas cuyas familias quedan sin el sustento del pan de cada día.
Personalmente hemos padecido esa
experiencia en mi provincia, Tucumán, donde en
un total de 67 empleados fueron despedidos o desafectados 27
personas en el período 2016 a 2018.
En
este contexto somos testigos de conductas rayanas en lo siniestro, violentas o amenazantes,
propias de un régimen dictatorial. Como por ejemplo ver entrar a las oficinas
al director de la institución afirmando en voz alta “a quien voy a correr hoy” como
si fuese un chiste que inaugura la jornada. O comentarios insultantes realizados
públicamente por personal directivo sobre profesionales y colegas que luego
eran despedidos a los pocos días.
Lo
escandaloso no tenía límites llegando al punto que todos los empleados recibieron
un mail por parte del personal jerárquico, con un archivo adjunto de una planilla
conteniendo un listado de los nombres completos de los empleados y empleadas
indicando la tendencia política e ideológica; listado que coincide en
parte con la lista final de despedidos. Pero ¿habrán sido actos aislados?
¿Inconducentes?
Si mencionamos que ni siquiera se
enviaron telegramas de despidos o cese de funciones
dejando al trabajador o trabajadora en una situación indefensión o de dificultarle
la respuesta adecuada al carecer de los motivos y presentarse una situación
de “facto”.
La
órbita institucional más afectada proporcionalmente con respecto al total de todos
los ministerios y agencias fue la Secretaría de Agricultura Familiar no
sólo por
motivos ideológicos claros de destrucción del campesinado más humilde, destrucción
de las áreas institucionales de políticas públicas que los asistían reconociéndolos
como factor económico, político sino también como sujeto de derecho.
Si
precisamos el atentado del desmantelamiento de las políticas públicas (logradas
con el esfuerzo de años), acciones contra la creación de agencias estatales
dedicadas al sector agropecuario más carenciado; acciones de cesantías masivas
de trabajadoras y trabajadores haciendo exhibición de persecución ideológica;
acciones políticas de quitar derechos o menguarlos al sector de la
agricultura
familiar como su aporte jubilatorio; entonces es que existió un plan sistemático
que se había desatado sobre la sociedad argentina.
Ocurre casi cíclicamente en Argentina pero obedece a pautas muy
precisas y
actores
políticos y sociales casi repetitivos.
Pero el “cambio” que causa estas catástrofes sociales remiten a “cambios”
en la matriz productiva, que determinados sectores se dedican a implementar
No
me interesa señalarles mis estimados Presidente y
Vicepresidenta las causas
y efectos de la década de los ´90 sino aquellas de un tramo histórico anterior
que al develarlo lo explica y corresponde. Me refiero a la dictadura cívico militar
de 1976.
El
cambio de una matriz productiva suplantada por una matriz financiera con efectos
desastrosos y ejecutados desde el estado es la causa.
La
demostración científica, la constatación de los hechos puede verse en el libro que
trata un estudio de caso como el de Basualdo E. ; Sartarcángelo J. y otros el Banco
de la Nación Argentina y la dictadura (2016). Y en el saber popular le llamamos
simplemente la creación de “la tablita financiera”.
Nada
es casual sino causal y por lo tanto existen responsabilidades precisas y efectos determinantes que no se pueden negar en la realidad. Todo lo demás agregado
es casi fuego de artificio y distracción.
Podemos
considerar la relación estricta de los ejecutores con el poder financiero mundial
y esta “etapa” del capitalismo. Así es. Pero también es menester aclarar que
estas íntimas relaciones tienen efectos causantes mortíferos sobre las mismas
sociedades y estas se ven desenmascaradas en su desnudez en la precariedad
actual en que enfrentamos al pandemia al observar distintos países con
distintas respuestas y estas se deben no solo a diferentes conceptualizaciones
sino a cuestiones más de ideología y el modo de encarar una respuesta
eficaz desde el control de estado con diversas prácticas y prejuicios ideológicos.
Si
observamos en detalle las prácticas que se ejecutaron en el período anterior vemos
la repetición de la persecución política ideológica como herramienta de sometimiento,
el uso de campañas psicológicas para adhesión y las amenazas.
Por
historia regional y provincial sabemos ya que aún antes de 1976 esos listados existían
y nuestros dirigentes gremiales y trabajadores padecían el arresto arbitrario
ante “la visita” de algún dictador. Esta vez las cesantías fueron masivas.
Un
pequeño detalle acerca de la articulación de la destrucción en el último gobierno
fue la resonancia de la falta de obediencia a reglas o destrucción de normas
que dejaban impune al proceso de destrucción. No solamente se presentaban
los despidos como “males menores” o directamente se ocultaban, sino
muchas veces en su faz jurídica, se pretendió quitar el carácter y los hechos de
persecución política y mantener a estos mismos hechos como actos
administrativos
“contractuales”. Y en esa trampa existen evidencias de resoluciones
judiciales que avalan o legitiman los despidos y persecuciones.
La resonancia de “efectos reglamentarios” actuantes nos remite al
antecedente de la dictadura cívico militar. Durante la dictadura de 1976 en las
universidades nacionales se emitían cesantías masivas y se emitían telegramas (o
resoluciones) de despido a personas que estaban desaparecidas o eran perseguidos y por
tanto eran impedidos de asistir a su lugar de trabajo. La resonancia no es sino
la correspondencia de la metodología de persecución implementada.
Finalmente
ante estos desastres causados y padecidos dando estos antecedentes, dado el
impacto de las políticas nefastas sobre la vida de las trabajadoras y los
trabajadores me queda expresar mi fuerte adhesión al pensamiento
expresado por Cristina Fernández en su libro “ Sinceramente “ en el año 2019:
“Se requiere algo más profundo: un nuevo contrato social con derechos pero
también con obligaciones , cuantificables , verificables, y sobre todo
exigibles y cumplibles. Un contrato que abarque no sólo lo económico y social,
sino también lo político e institucional” (página 594).
Como
trabajadoras y trabajadores ¿qué se puede esperar de nuestro lugar de trabajo?
¿Quién es “el otro” humano compañerx o directxr? ¿Será legítimo perseguirnos
y quitarnos el sustento diario?
Estas
cuestiones me han llevado a escribir esta carta. Hubiera sido todo un gesto encontrar
la restitución laboral en las primeras semanas del ejercicio del nuevo mandato
pero aún se carece de respuesta.
A
pesar de todo agradezco su atención, así como la oportunidad de años atrás, de ejercer
con profesionalidad y dedicación las tareas encomendadas en la Secretaría
de Agricultura Familiar. La posibilidad de servir durante años a los sectores
más postergados de la agricultura y experimentar la novedad institucional de la
Secretaría creada por Nestor Kirchner teniendo como fundamento político y técnico,
la voz y el pensamiento de los mismos productores y organizaciones plasmadas en
su documento fundacional.
Nada
me priva del placer de la memoria de haber atravesado campos a la vera de montañas
y montes; caminar por surcos desde el amanecer y al cerrar las jornadas
asistir a reuniones organizativas de los sujetos que habían sido excluidos históricamente
pero que se ponían de pie levantando sus organizaciones de base. Es
en su rostro, de su mirada atenta y de sus manos callosas de esperanzas que me
nacen letras de reinserción laboral para acompañar su trabajo digno de la producción
de alimentos en Argentina.
En
síntesis les reitero mi pedido de REINCORPORACIÓN inmediata de las y los trabajadores
despedidos durante el período 2015 a 2019.
En
segundo lugar solicito una resolución legal que solucione la precariedad de todas
las trabajadoras y todos los trabajadores con su pase a planta
permanente.
Les
dejo un saludo afectuoso. Con la conciencia de que “la única lucha que se pierde
es la que se abandona”. Agradeciendo su atención y su tarea de conducir el país
en esta coyuntura de pandemia.
Raúl
Mauricio Carrizo
ex
empleado de la SAF despedido sin aviso legal desde mayo del 2018
DNI:
16.933.394
Teléfono:
381 5 88 2997
Nota de redacción: los destacados
realizados en este texto, corren por cuenta de la edición del mismo, y no del
autor de la carta