Una nueva droga hace estragos en México.
El mayor enemigo de las fuerzas del orden en México y Estados Unidos ya no es el opio, la marihuana ni la cocaína, sino el fentanilo, la llamada "heroína sintética", 50 veces más potente que la verdadera, de acuerdo con los expertos y autoridades de ambos países.
Detalles.
Ricardo Márquez, experto en seguridad, señala que México "va camino a convertirse en el principal procesador de la droga, debido a que, previo a su tráfico a Estados Unidos, las organizaciones criminales lo combinan con otras drogas sintéticas".
"Como es un nuevo producto, tienen que empezar la introducción con otros ya existentes, entonces, para enviarlo al mercado estadounidense, se mezcla con droga sintética, y esa mezcla se está haciendo con mayor frecuencia en México", afirmó el especialista.
Autoridades federales mexicanas han detectado laboratorios clandestinos donde se procesa el opiáceo, lo que significa "que los envíos a nuestro país van a ser con mayor frecuencia", advirtió el experto al diario El Universal. Generalmente los precursores llegan de China, Hong Kong y Singapur, hacia Estados Unidos, de donde se envían a México para hacer "la última mezcla".
Sin embargo, cada vez más la droga llega directamente a México, sin pasar por Estados Unidos, adonde va a dar el producto terminado.
Esta circunstancia encierra un peligro, pues al haber una mayor disponibilidad de la droga en los estados, especialmente en la franja norte, fronteriza con Estados Unidos, "se va a quedar para su consumo en México", según Márquez.
Por ahora, las dos principales empresas criminales de México, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, usan al menos 13 rutas en el centro y occidente del país para el trasiego de esta novedosa droga.
De acuerdo con un informe confidencial citado por el mismo diario capitalino, el grupo nacional de alto nivel de política de drogas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) identifica a 12 estados del país y la capital como centros de envío del opiáceo que se vende como un falso analgésico para el dolor.
Los embarques son despachados a Tijuana, frontera con California, para introducirlos a Estados Unidos, camuflados como mercancías ordinarias a través de empresas de mensajería y paquetería, vehículos particulares, autobuses, transporte de carga y avión. El fentanilo es procesado con otras sustancias, como la heroína, cocaína y la metanfetamina, lo que le da un grado de adicción más potente.
Se trata de la misma sustancia que provocó la muerte del famoso cantante estadounidense Prince en abril de 2016 y casi le quita la vida a su colega y compatriota Demi Lovato en agosto de 2018.
Concebido originalmente como un fuerte analgésico para enfermos de cáncer, pronto comenzó a ser usado con fines lúdicos hasta volverse una epidemia pero también una trampa mortal.
Cada año mueren al menos 700 personas por sobredosis en Estados Unidos y su consumo sigue en ascenso.
Su precio es similar a la heroína, unos 5.000 dólares el kilo, pero al ser adulterado se puede aumentar 20 veces el valor.
Hasta hace poco, el fentanilo no estaba destinado al consumo en México sino al de Estados Unidos, pero las cosas podrían cambiar muy pronto.
Las incautaciones de fentanilo son muy pocas, aunque cada vez son más frecuentes.
El estado sureño de Guerrero y el de Sinaloa, donde hay diversas instalaciones clandestinas para procesar sustancias químicas, es donde está la mira de las operaciones del Ejército y la Marina y ahora de la recién constituida Guardia Nacional.
Además, la ofensiva contra el fentanilo se enfoca también en los puertos de Manzanillo, Colima (occidente), y Lázaro Cárdenas, Michoacán (sur), adonde llegan grandes cantidades de precursores químicos.
Hasta ahora ha habido requisas de fentanilo en el norte y el noroccidente del país, en estados como Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, centro de Chihuahua, la frontera de Coahuila con Texas, y Nayarit.